jueves, 4 de septiembre de 2008

Estrecheces

A la ya considerable lista de virtudes de las que hace gala en mediáticas apariciones públicas con su habitual desparpajo cañí la presidenta de la Comunidad de Madrid, Doña Esperanza Aguirre, hay que añadir con fervor su asombrosa intuición política, implícita en la frase que hace meses dejó caer, como quien al viento le habla, clamando a la justicia mundana porque no llegaba a “fin de mes” ya que calentar su casa –de las de toda la vida, de altos techos, amplias estancias y aristocráticas dimensiones- le costaba un dineral.
Nadie –tal vez alguno de sus más allegados exégetas- supo atisbar en aquel momento que más que una queja sobre su propia situación personal, la frase era una alegoría premonitoria, un pálpito asombroso con el que la mente más preclara y vanguardista del populismo liberal madrileño supo pronosticar las venideras estrecheces y penurias que padecerían los despreocupados españoles que, hipnotizados por el malvado ZP y su coro de cigarras cantadoras, asistían indolentes al advenimiento de la terrible crisis mundial.
Pero nuestra presidenta, hormiguita laboriosa donde las haya, llegados ya los rigores de la temida recesión, ha cogido el toro por los cuernos y ha comenzado a tomar decisiones pragmáticas y realmente útiles, que sin duda harán que la crisis remita lo antes posible, que volvamos a la provechosa histeria inmobiliaria, que baje el precio del petróleo y que la banca mundial se ponga a tono para poder reanudar cuanto antes el jolgorio subprime. Así que ha echado mano del prolífico libro de estilo del oscuro laboratorio FAES y se ha puesto manos a la obra.
Y qué mejor que empezar recortando gastos. Lo primero que se le ha ocurrido suprimir son las plazas públicas gratuitas para guarderías. Las familias con rentas más bajas, no pagaban nada. Ahora tendrán que abonar 45€ mensuales (500€ anuales). Ha cambiado la normativa y si antes las cuotas se calculaban en función de la renta, ahora se pasa a un sistema de tres tramos, de 45, 90 y 135€, cuya puesta en práctica asegura que pagarán más los que menos medios tienen y aquellos padres con rentas más altas, pagarán menos.
Aducen los responsables de la Consejería de Educación que la reforma de la normativa es, entre otras razones, para simplificar las cosas al personal que elabora las tarifas –no se vayan a liar, se depriman y se cojan una baja con el consiguiente cargo al erario público- y para evitar el fraude, reconociendo implícitamente, por tanto, que se estaba defraudando en la adjudicación de las plazas gratuitas.
A ella las cuentas le salen porque sin duda son muchas más las familias con rentas bajas que las que disponen de rentas altas. Pero si son ustedes padres interesados, no se sientan agredidos, piensen que pese a pagar más están contribuyendo a una mayor recaudación autonómica y por tanto al alivio de la crisis; a lo mejor este año pueden mejorar sus retribuciones los responsables de la CAM y llegan a fin de mes...
Después ha pensado en ahorrar otros gastos superfluos y ha dado con uno que además, le resultaba incómodo. La FAPA Giner de los Ríos, la más potente federación de asociaciones de estudiantes con más de 800 integradas, ha ocupado desde hace 15 años un local propiedad de la CAM en la madrileña avenida de la Reina Mercedes. Ahora la Comunidad no les renueva el convenio y les desahucia con la excusa del ahorro y con acusaciones de presuntas irregularidades que los responsables autonómicos se han visto obligados a matizar posteriormente. Que a nadie se le ocurra pensar que la FAPA Giner de los Ríos está pagando el precio de ser la entidad educativa que más directamente se opone a los planes de la Señora Presidenta de privatizar la enseñanza pública madrileña. No hay que ser tan mal pensado.
-¡El caso es que no parece tan mala idea!- debió pensar la regidora de Alpedrete, quien es conocida por ser la fan número uno de la Presidenta regional, y aprovechando la diáspora veraniega de los vecinos del municipio y por razones de ahorro y también de espacio, ha puesto de patitas en la calle a los grupos municipales de la oposición, que ocupaban un moderno y comodísimo túmulo interior de cinco metros cuadrados donde tenían que trabajar los ocho concejales de las tres formaciones municipales.
Qué incomprendida la primera edil alpedreteña, los desalojados concejales se han molestado por tan poca cosa, los muy insolidarios, y se han dedicado a proclamarlo a los cuatro vientos en vez de comprender que las cosas son como son… Si al final les ha hecho un favor. Les he visto a la vuelta de las vacaciones y la verdad es que tienen mejor cara; donde va a parar, trabajar al aire libre bajo la protección fresca del granítico soportal herreriano del edificio consistorial, donde se han instalado. Además nada tiene que ver que haya varios locales municipales olvidados y abandonados, donde los concejales podrían instalarse y desempeñar las funciones que les han mandatado los ciudadanos. La Alcaldesa no puede permitir que se derroche el dinero de los contribuyentes en acondicionar locales para la tan poco comprensiva oposición, que no entiende que lo natural es que el PP gobierne y que todo el mundo calle y aplauda.
Es tiempo de estrecheces y los derrochadores ciudadanos madrileños no comprendemos el esfuerzo ingente que nuestros gobernantes autonómicos y locales llevan a cabo para liberarnos de cargas absurdas, anacronismos legislativos y trabas administrativas que nos impiden entender que es mejor prescindir de costosos servicios públicos que no generan más que gastos y presión fiscal. Si es que no hay nada como tener a alguien que piense por nosotros…