martes, 21 de septiembre de 2010

TOMÁS GÓMEZ O EL REINICIO DE LA HISTORIA

Cuando F. Fukuyama anunció el fin de la historia (1989) en su célebre artículo, era en verdad más heraldo que profeta del triunfo de una revolución neoconservadora y liberal, que había comenzado años atrás con Ronald Reagan y Margaret Thatcher. La Dama de Hierro trajo en 1979 la desregulación de los mercados, la privatización de empresas públicas o la flexibilización del empleo, en los albores de un proyecto destinado a la santificación del mercado todopoderoso y la globalización económica a finales de los noventa, a la que la menguante socialdemocracia europea no se atrevió a cuestionar mínimamente.
Tal vez en el error histórico que supuso que muchos partidos de la izquierda democrática de todo el mundo mirasen durante años con discreta complicidad a la URSS, resida la razón por la que, tras la caída del Muro de Berlín, el arrollador empuje del mercado desbocado y global se llevara por delante el modelo de estado que la socialdemocracia funda en Europa tras la Segunda Guerra Mundial.
En consecuencia, la explosión del sistema, una crisis que no acaba de remitir y gobiernos maniatados por una mercadotecnia avara y sin escrúpulos que controla demasiado a la política y aprovecha la coyuntura para seguir demoliendo el estado social europeo, aunque sea a costa del desempleo y la pobreza a la que están condenando a miles de familias en nuestro país y fuera de éste. De fondo, el peligroso resurgir de la xenofobia y el neofascismo en plena UE.
En esta situación, es necesario que los socialistas reflexionemos con serenidad, pero sin perder un instante. Debemos apostar por restablecer el equilibrio entre mercado y estado con el que la socialdemocracia trajo el bienestar y la paz social.
Estos días sigo a Tomás Gómez en su periplo por los distritos y municipios de Madrid explicando su proyecto. ¿Quién dijo que no se podía hablar de ideas en estas primarias? Le oigo hablar sobre impuestos, sobre economía social, sanidad, o educación. Reflexiona en sus intervenciones sobre el modelo económico que debemos fomentar los socialistas y la necesidad de cambiar el rumbo de determinadas políticas erráticas, fundadas en las falacias del neoliberalismo o la condescendencia de las terceras vías.
Le escucho y no puedo dejar de pensar en la importancia de las primarias de Madrid. Si Tomás gana y es candidato, el PSM se fortalecerá y crecerá su influencia en el PSOE. Tal vez por eso los nervios de algunos, la acritud, las presiones. A día de hoy, Tomás representa para la inmensa mayoría de nosotros la expectativa del cambio indispensable en la Comunidad de Madrid, pero también representa un cambio en la forma de entender la política nacional. Y por qué no soñar y pensar también en trascender fronteras.
Es el reinicio de la historia, es el empeño de muchos socialistas y la esperanza de miles de ciudadanos. Tomás representa esa esperanza con humildad, entusiasmo y sinceridad. Hoy más que nunca tengo claro mi voto.

viernes, 10 de septiembre de 2010

LAS PRIMARIAS DE MADRID

Ha comenzado para los socialistas madrileños la campaña de primarias internas para la elección del candidato o la candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid en medio de una expectación mediática más que considerable.
Me llama la atención el hecho de que algunos medios hablen de guerra interna en el PSM al referirse a este proceso, siendo los mismos que hablan de dedocracia en el PP cuando éstos eligen a sus candidatos por designación directa. Las primarias en el PSOE significan normalidad orgánica y salud democrática, ya que son parte de su ordenamiento estatutario. Además han supuesto un revulsivo para la izquierda social, en tanto que han servido para alentar la idea general de que es preciso desalojar a la derecha de las instituciones madrileñas en 2011 y dejar paso así a un proyecto que ilusiona porque tiene la fuerza de la democracia interna, un liderazgo seguro y un apoyo popular creciente.
Para el PSM, Tomás Gómez ha supuesto desde su elección como Secretario General, el mayor periodo de estabilidad y de normalidad interna que nuestro Partido ha vivido en la última década y entorno a él se ha organizado el proyecto de todos los socialistas madrileños y de muchos y muchas vecinos y vecinas de Madrid que participan con nosotros en las asambleas ciudadanas que el Secretario General del PSM y su equipo pusieron en marcha hace ya algún tiempo.
Somos una clara mayoría quienes creemos en este Partido y en sus posibilidades, en que para que este trabajo de tres años del que todos nos sentimos orgullosos y satisfechos, continúe y culmine en el resultado esperado, es necesario reforzar al PSM y a nuestro Secretario General y conseguir que él sea el candidato de los socialistas a la Comunidad de Madrid en 2011.
Su discurso ilusiona porque está exento de personalismos y cargado de contenido político y de valores inherentes a la izquierda, a la socialdemocracia. Destaca la elegancia con la que se está conduciendo en un proceso que por desgracia se ve de vez en cuando maculado anecdóticamente por los excesos de algún que otro estresado y también destaca la serenidad con la que antepone la explicación de su proyecto a la descalificación del contrario o a la exaltación de sus propios valores personales.
Estoy convencido, además, que apoyar a Tomás Gómez es hacer una apuesta decidida por la unidad interna y por el fortalecimiento del PSM, frente a un modelo de partido que ha fracasado en las ocasiones en las que hemos tenido candidatos impuestos de última hora, más proclives al estrellato que al trabajo continuo al servicio de los madrileños. Necesitamos un proyecto como el que representa Tomás Gómez, que no es fruto de la improvisación, sino del esfuerzo y la perseverancia; un proyecto continuado que no se vea interrumpido por razones mediáticas ni por injerencias u ocurrencias inoportunas.
Necesitamos recuperar Madrid y sus instituciones para los madrileños. Gobierno Regional y municipios. Por supuesto, los de la Sierra de Guadarrama, donde es más necesario que nunca que gobierne la izquierda. Es imprescindible que sea ahora, porque necesitamos replantear la política sanitaria, que hoy en día sitúa a la sanidad madrileña a la cola de Europa, poniendo en manos privadas lo que es de todos. Hay que decir no al modelo sanitario de Esperanza Aguirre y conseguir hospitales y centros de salud de propiedad y gestión pública donde lo que prime sea la calidad de los servicios y no la cuenta de resultados. Es imprescindible porque necesitamos políticas que generen empleo y que no prescindan -por razones partidistas- de la oportunidad que supone la Ley de Dependencia para producir puestos de trabajo. En Madrid su aplicación significaría 50.000 nuevos empleos. En definitiva, necesitamos ese cambio para que la razón vuelva a las instituciones madrileñas y Tomás Gómez representa esa oportunidad desde la humildad de un trabajo bien hecho y con el apoyo mayoritario de un Partido que tiene ganas de gobernar y está preparado para hacerlo.
La victoria de Tomás Gómez es un valor no solo para Madrid, sino para España, porque la victoria del PSM y su unidad, refuerza también al PSOE y al Presidente Rodríguez Zapatero. Si gana Tomás no pierde nadie, salvo Esperanza Aguirre y su desgobierno.

(Texto íntegro del artículo publicado en El Faro de Guadarrama: http://www.elfarodelguadarrama.com/noticia/25471/Opinión/primarias-madrid.html)

miércoles, 1 de septiembre de 2010

TRAS LA ASAMBLEA DEL 16 DE JULIO

El pasado 16 de julio tuvo lugar por fin la Asamblea Extraordinaria del PSOE de Alpedrete en la que se eligió la actual Ejecutiva. Como ya es sabido por todos, la candidatura que me honro en haber encabezado, obtuvo tan solo un voto menos que la que encabezaba el compañero Francisco José de Pablo Muñoz, quien hoy ocupa la Secretaría General.
El resultado, con ser muy ajustado y dejar clara la necesidad de un equilibrio orgánico, debe de ser entendido como definitivo hasta el momento en que, de manera ordinaria, se renueven las ejecutivas locales y regionales, tras el próximo congreso. Y si se da definitivamente la integración necesaria y se superan los aprioris que generaron la crisis, así será dentro de la más estricta normalidad.
No puedo valorar el resultado obtenido en la Asamblea como negativo. No lo hago pese a no haber ganado la candidatura que encabezaba, porque el proceso –desde la presentación de la moción de censura contra el anterior comité, hasta el día de la elección del nuevo- ha traído consigo la resolución de uno de los problemas –el más importante- que provocó la decisión de algunos compañeros y compañeras de plantear la moción.
Quien justificó con su conducta la puesta en marcha de la medida, ya no se encuentra en la dirección local del PSOE de Alpedrete y por tanto, muchos y muchas damos por bueno el resultado.
Es una prueba más de que éste es un partido democrático en el que los militantes tienen a su alcance instrumentos para terminar con situaciones de abuso de poder, megalomanías inexplicables y otras perversiones de la política.
Sea como fuere, el PSOE de Alpedrete se recompone y se regenera su vida orgánica a las puertas mismas de la precampaña de las elecciones de mayo de 2011. En estas circunstancias es importante dejar claro que si hubo una crisis interna en esta Agrupación, ya no la hay. El proceso democrático interno ha designado unos nuevos responsables y ha puesto en marcha un proyecto que tiene como fin la recuperación del Ayuntamiento de Alpedrete por parte de la izquierda.
Que a nadie le quepa la menor duda de que todos apoyaremos sin fisuras a la nueva dirección en su tarea, pese a las diferencias de planteamiento que pudieran existir y que de hecho son normales en todos los partidos políticos. Y lo vamos a hacer desde la responsabilidad que implica la militancia en este Partido y seguros de que en esta ocasión hay muchas posibilidades de que el PP no gobierne a partir del año que viene en Alpedrete.
Por eso, en estos momentos más que nunca, El PSOE tiene que estar unido –y lo estará-para conseguir situar a la izquierda en el gobierno municipal.
Se que en determinados sectores o entre ciertas personas –algunas bastante cercanas- no faltará quien se empeñe en buscar argumentos que contribuyan a la desunión o empeñados en mostrar un PSOE de Alpedrete dividido o debilitado por luchas internas. Tengo que decir por mi parte y por la de aquellos o aquellas quienes pudieran verse representados por mis palabras, que agoreros y mezquinos, no encontrarán ni un solo argumento a su favor para apoyar tales tesis.
El adversario político de los socialistas de Alpedrete es, como no podía ser de otro modo, el Partido Popular y cualquier otra interpretación, carece por entero de sentido y de fundamento en este momento. Este periodo que ahora se inicia, tiene que ser el de la derrota del PP y de la victoria de la izquierda. Y así será porque toda la izquierda tiene que trabajar y trabajará unida para conseguirlo. Estamos preparados para liderar ese cambio y lo vamos a conseguir con el esfuerzo de todos.
Pero el trabajo a realizar no puede verse mermado en su dimensión por una visión excesivamente localista que a mi juicio aminora la fuerza del discurso.
No se debe obviar en el análisis de nuestras inquietudes políticas, que no somos un municipio aislado, sino que pertenecemos a una comarca importante de la Comunidad de Madrid. Que lo que pase en otros ámbitos de nuestra región nos afecta también y que el cambio verdadero no se dará si, al final, el Partido Popular continua gobernando la autonomía madrileña.
Por eso, debemos ser capaces de ofrecer, como socialistas dispuestos a gobernar, un proyecto unitario y homologado en toda la zona. Un proyecto que responda a las particularidades de cada municipio, pero que comprenda bien los intereses generales de unas localidades que comparten entre otros, servicios, infraestructuras y problemáticas y que necesitan de la fuerza de la unión para tener repercusión en sus demandas.
Es más importante que nunca la unidad y el trabajo conjunto de los socialistas de la Sierra; por nuestros intereses comunes y también porque este trabajo se verá recompensado así, con el triunfo electoral en la Comunidad de Madrid.