He leído en un periódico gallego que un ricachón madrileño se va a dar el capricho de obtener un yate de superlujo a partir de un atunero y que la gracia, diseñada por un estudio arquitectónico naval coruñés, le va a salir al sibarita por 30 millones de euros. No se que clase de persona hay que ser para amasar una fortuna semejante que te permita derrochar así todo ese dinero, pero de una cosa estoy seguro; para gastárselo en chorradas como ésa hay que tener muy poca vergüenza.
Hoy se ha inaugurado la cumbre de la FAO, donde hemos podido constatar que si nadie lo remedia, debido al encarecimiento de los alimentos y la crisis mundial, 800 millones de personas morirán de hambre en el mundo. Si, una cifra escandalosa.
Pero que nadie se asuste, que la cosa tiene solución: solo hace falta reunir 1.500 millones de dólares y caso resuelto.
Es una cantidad de dinero que puede resultar enorme para quien como el común de los mortales, depende económicamente de una mensualidad que parece tan ridícula ante tanto dólar junto como una chalupa al lado de los 70 metros de eslora del atunero reconvertido del opulento madrileño.
Pero la cifra no es tan grande si pensamos que, por ejmplo, los EEUU se gastan eso y más cada día que pasa de guerra en IRAK. Otro ejemplo de cómo hacer del gasto, una inmoralidad.
Yo no tengo nada en contra de quienes tienen tanto dinero, aunque confieso que me asaltan muchas dudas y algunas cuestiones morales importantes cuando de vez en cuando me entero en qué se lo gastan algunos.
Supongo que habrá muchos a los que todo esto les parecerá la típica monserga y pasarán olímpicamente del tema porque en nuestro país no convivimos con la miseria como lo hacen los que malviven donde los niños se mueren de hambre por las calles. Y ojos que no ven, corazón que no siente.
Estoy convencido, por último, que el bon vivant madrileño que va a invertir en tan inútil "reconversión naval" –como el resto de ricachones derrochadores y opulentos- no lee los periódicos, ni la televisión ni escucha la radio y estoy convencido también de que no tiene hijos. Prefiero pensar eso y no tener que calificarle, por que si hubiera visto el telediario, hoy, habría escuchado decir a uno de los líderes mundiales reunidos en Roma, que en los países del tercer mundo afectados por la crisis de los cereales, hay bebés que con suerte solo toman una o dos papillas al día, los días que les llega ayuda, cuando tienen algo que comer. Y no creo que nadie decente tire el dinero mientras ve el cuerpo famélico y desnutrido de un niño moribundo de hambre y miseria.
Yo no se a los demás, pero a mi, se me caería la cara de vergüenza.
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