Estuve en el foro "Otro Alpedrete es Posible y Necesario" charlando con cibernautas de Alpedrete.
http://otroalpedrete.mforos.com/606985/9566418-ciber-encuentro-2010-arturo-trigo/
jueves, 14 de octubre de 2010
jueves, 7 de octubre de 2010
martes, 21 de septiembre de 2010
TOMÁS GÓMEZ O EL REINICIO DE LA HISTORIA
Cuando F. Fukuyama anunció el fin de la historia (1989) en su célebre artículo, era en verdad más heraldo que profeta del triunfo de una revolución neoconservadora y liberal, que había comenzado años atrás con Ronald Reagan y Margaret Thatcher. La Dama de Hierro trajo en 1979 la desregulación de los mercados, la privatización de empresas públicas o la flexibilización del empleo, en los albores de un proyecto destinado a la santificación del mercado todopoderoso y la globalización económica a finales de los noventa, a la que la menguante socialdemocracia europea no se atrevió a cuestionar mínimamente.
Tal vez en el error histórico que supuso que muchos partidos de la izquierda democrática de todo el mundo mirasen durante años con discreta complicidad a la URSS, resida la razón por la que, tras la caída del Muro de Berlín, el arrollador empuje del mercado desbocado y global se llevara por delante el modelo de estado que la socialdemocracia funda en Europa tras la Segunda Guerra Mundial.
En consecuencia, la explosión del sistema, una crisis que no acaba de remitir y gobiernos maniatados por una mercadotecnia avara y sin escrúpulos que controla demasiado a la política y aprovecha la coyuntura para seguir demoliendo el estado social europeo, aunque sea a costa del desempleo y la pobreza a la que están condenando a miles de familias en nuestro país y fuera de éste. De fondo, el peligroso resurgir de la xenofobia y el neofascismo en plena UE.
En esta situación, es necesario que los socialistas reflexionemos con serenidad, pero sin perder un instante. Debemos apostar por restablecer el equilibrio entre mercado y estado con el que la socialdemocracia trajo el bienestar y la paz social.
Estos días sigo a Tomás Gómez en su periplo por los distritos y municipios de Madrid explicando su proyecto. ¿Quién dijo que no se podía hablar de ideas en estas primarias? Le oigo hablar sobre impuestos, sobre economía social, sanidad, o educación. Reflexiona en sus intervenciones sobre el modelo económico que debemos fomentar los socialistas y la necesidad de cambiar el rumbo de determinadas políticas erráticas, fundadas en las falacias del neoliberalismo o la condescendencia de las terceras vías.
Le escucho y no puedo dejar de pensar en la importancia de las primarias de Madrid. Si Tomás gana y es candidato, el PSM se fortalecerá y crecerá su influencia en el PSOE. Tal vez por eso los nervios de algunos, la acritud, las presiones. A día de hoy, Tomás representa para la inmensa mayoría de nosotros la expectativa del cambio indispensable en la Comunidad de Madrid, pero también representa un cambio en la forma de entender la política nacional. Y por qué no soñar y pensar también en trascender fronteras.
Es el reinicio de la historia, es el empeño de muchos socialistas y la esperanza de miles de ciudadanos. Tomás representa esa esperanza con humildad, entusiasmo y sinceridad. Hoy más que nunca tengo claro mi voto.
Tal vez en el error histórico que supuso que muchos partidos de la izquierda democrática de todo el mundo mirasen durante años con discreta complicidad a la URSS, resida la razón por la que, tras la caída del Muro de Berlín, el arrollador empuje del mercado desbocado y global se llevara por delante el modelo de estado que la socialdemocracia funda en Europa tras la Segunda Guerra Mundial.
En consecuencia, la explosión del sistema, una crisis que no acaba de remitir y gobiernos maniatados por una mercadotecnia avara y sin escrúpulos que controla demasiado a la política y aprovecha la coyuntura para seguir demoliendo el estado social europeo, aunque sea a costa del desempleo y la pobreza a la que están condenando a miles de familias en nuestro país y fuera de éste. De fondo, el peligroso resurgir de la xenofobia y el neofascismo en plena UE.
En esta situación, es necesario que los socialistas reflexionemos con serenidad, pero sin perder un instante. Debemos apostar por restablecer el equilibrio entre mercado y estado con el que la socialdemocracia trajo el bienestar y la paz social.
Estos días sigo a Tomás Gómez en su periplo por los distritos y municipios de Madrid explicando su proyecto. ¿Quién dijo que no se podía hablar de ideas en estas primarias? Le oigo hablar sobre impuestos, sobre economía social, sanidad, o educación. Reflexiona en sus intervenciones sobre el modelo económico que debemos fomentar los socialistas y la necesidad de cambiar el rumbo de determinadas políticas erráticas, fundadas en las falacias del neoliberalismo o la condescendencia de las terceras vías.
Le escucho y no puedo dejar de pensar en la importancia de las primarias de Madrid. Si Tomás gana y es candidato, el PSM se fortalecerá y crecerá su influencia en el PSOE. Tal vez por eso los nervios de algunos, la acritud, las presiones. A día de hoy, Tomás representa para la inmensa mayoría de nosotros la expectativa del cambio indispensable en la Comunidad de Madrid, pero también representa un cambio en la forma de entender la política nacional. Y por qué no soñar y pensar también en trascender fronteras.
Es el reinicio de la historia, es el empeño de muchos socialistas y la esperanza de miles de ciudadanos. Tomás representa esa esperanza con humildad, entusiasmo y sinceridad. Hoy más que nunca tengo claro mi voto.
viernes, 10 de septiembre de 2010
LAS PRIMARIAS DE MADRID
Ha comenzado para los socialistas madrileños la campaña de primarias internas para la elección del candidato o la candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid en medio de una expectación mediática más que considerable.
Me llama la atención el hecho de que algunos medios hablen de guerra interna en el PSM al referirse a este proceso, siendo los mismos que hablan de dedocracia en el PP cuando éstos eligen a sus candidatos por designación directa. Las primarias en el PSOE significan normalidad orgánica y salud democrática, ya que son parte de su ordenamiento estatutario. Además han supuesto un revulsivo para la izquierda social, en tanto que han servido para alentar la idea general de que es preciso desalojar a la derecha de las instituciones madrileñas en 2011 y dejar paso así a un proyecto que ilusiona porque tiene la fuerza de la democracia interna, un liderazgo seguro y un apoyo popular creciente.
Para el PSM, Tomás Gómez ha supuesto desde su elección como Secretario General, el mayor periodo de estabilidad y de normalidad interna que nuestro Partido ha vivido en la última década y entorno a él se ha organizado el proyecto de todos los socialistas madrileños y de muchos y muchas vecinos y vecinas de Madrid que participan con nosotros en las asambleas ciudadanas que el Secretario General del PSM y su equipo pusieron en marcha hace ya algún tiempo.
Somos una clara mayoría quienes creemos en este Partido y en sus posibilidades, en que para que este trabajo de tres años del que todos nos sentimos orgullosos y satisfechos, continúe y culmine en el resultado esperado, es necesario reforzar al PSM y a nuestro Secretario General y conseguir que él sea el candidato de los socialistas a la Comunidad de Madrid en 2011.
Su discurso ilusiona porque está exento de personalismos y cargado de contenido político y de valores inherentes a la izquierda, a la socialdemocracia. Destaca la elegancia con la que se está conduciendo en un proceso que por desgracia se ve de vez en cuando maculado anecdóticamente por los excesos de algún que otro estresado y también destaca la serenidad con la que antepone la explicación de su proyecto a la descalificación del contrario o a la exaltación de sus propios valores personales.
Estoy convencido, además, que apoyar a Tomás Gómez es hacer una apuesta decidida por la unidad interna y por el fortalecimiento del PSM, frente a un modelo de partido que ha fracasado en las ocasiones en las que hemos tenido candidatos impuestos de última hora, más proclives al estrellato que al trabajo continuo al servicio de los madrileños. Necesitamos un proyecto como el que representa Tomás Gómez, que no es fruto de la improvisación, sino del esfuerzo y la perseverancia; un proyecto continuado que no se vea interrumpido por razones mediáticas ni por injerencias u ocurrencias inoportunas.
Necesitamos recuperar Madrid y sus instituciones para los madrileños. Gobierno Regional y municipios. Por supuesto, los de la Sierra de Guadarrama, donde es más necesario que nunca que gobierne la izquierda. Es imprescindible que sea ahora, porque necesitamos replantear la política sanitaria, que hoy en día sitúa a la sanidad madrileña a la cola de Europa, poniendo en manos privadas lo que es de todos. Hay que decir no al modelo sanitario de Esperanza Aguirre y conseguir hospitales y centros de salud de propiedad y gestión pública donde lo que prime sea la calidad de los servicios y no la cuenta de resultados. Es imprescindible porque necesitamos políticas que generen empleo y que no prescindan -por razones partidistas- de la oportunidad que supone la Ley de Dependencia para producir puestos de trabajo. En Madrid su aplicación significaría 50.000 nuevos empleos. En definitiva, necesitamos ese cambio para que la razón vuelva a las instituciones madrileñas y Tomás Gómez representa esa oportunidad desde la humildad de un trabajo bien hecho y con el apoyo mayoritario de un Partido que tiene ganas de gobernar y está preparado para hacerlo.
La victoria de Tomás Gómez es un valor no solo para Madrid, sino para España, porque la victoria del PSM y su unidad, refuerza también al PSOE y al Presidente Rodríguez Zapatero. Si gana Tomás no pierde nadie, salvo Esperanza Aguirre y su desgobierno.
(Texto íntegro del artículo publicado en El Faro de Guadarrama: http://www.elfarodelguadarrama.com/noticia/25471/Opinión/primarias-madrid.html)
Me llama la atención el hecho de que algunos medios hablen de guerra interna en el PSM al referirse a este proceso, siendo los mismos que hablan de dedocracia en el PP cuando éstos eligen a sus candidatos por designación directa. Las primarias en el PSOE significan normalidad orgánica y salud democrática, ya que son parte de su ordenamiento estatutario. Además han supuesto un revulsivo para la izquierda social, en tanto que han servido para alentar la idea general de que es preciso desalojar a la derecha de las instituciones madrileñas en 2011 y dejar paso así a un proyecto que ilusiona porque tiene la fuerza de la democracia interna, un liderazgo seguro y un apoyo popular creciente.
Para el PSM, Tomás Gómez ha supuesto desde su elección como Secretario General, el mayor periodo de estabilidad y de normalidad interna que nuestro Partido ha vivido en la última década y entorno a él se ha organizado el proyecto de todos los socialistas madrileños y de muchos y muchas vecinos y vecinas de Madrid que participan con nosotros en las asambleas ciudadanas que el Secretario General del PSM y su equipo pusieron en marcha hace ya algún tiempo.
Somos una clara mayoría quienes creemos en este Partido y en sus posibilidades, en que para que este trabajo de tres años del que todos nos sentimos orgullosos y satisfechos, continúe y culmine en el resultado esperado, es necesario reforzar al PSM y a nuestro Secretario General y conseguir que él sea el candidato de los socialistas a la Comunidad de Madrid en 2011.
Su discurso ilusiona porque está exento de personalismos y cargado de contenido político y de valores inherentes a la izquierda, a la socialdemocracia. Destaca la elegancia con la que se está conduciendo en un proceso que por desgracia se ve de vez en cuando maculado anecdóticamente por los excesos de algún que otro estresado y también destaca la serenidad con la que antepone la explicación de su proyecto a la descalificación del contrario o a la exaltación de sus propios valores personales.
Estoy convencido, además, que apoyar a Tomás Gómez es hacer una apuesta decidida por la unidad interna y por el fortalecimiento del PSM, frente a un modelo de partido que ha fracasado en las ocasiones en las que hemos tenido candidatos impuestos de última hora, más proclives al estrellato que al trabajo continuo al servicio de los madrileños. Necesitamos un proyecto como el que representa Tomás Gómez, que no es fruto de la improvisación, sino del esfuerzo y la perseverancia; un proyecto continuado que no se vea interrumpido por razones mediáticas ni por injerencias u ocurrencias inoportunas.
Necesitamos recuperar Madrid y sus instituciones para los madrileños. Gobierno Regional y municipios. Por supuesto, los de la Sierra de Guadarrama, donde es más necesario que nunca que gobierne la izquierda. Es imprescindible que sea ahora, porque necesitamos replantear la política sanitaria, que hoy en día sitúa a la sanidad madrileña a la cola de Europa, poniendo en manos privadas lo que es de todos. Hay que decir no al modelo sanitario de Esperanza Aguirre y conseguir hospitales y centros de salud de propiedad y gestión pública donde lo que prime sea la calidad de los servicios y no la cuenta de resultados. Es imprescindible porque necesitamos políticas que generen empleo y que no prescindan -por razones partidistas- de la oportunidad que supone la Ley de Dependencia para producir puestos de trabajo. En Madrid su aplicación significaría 50.000 nuevos empleos. En definitiva, necesitamos ese cambio para que la razón vuelva a las instituciones madrileñas y Tomás Gómez representa esa oportunidad desde la humildad de un trabajo bien hecho y con el apoyo mayoritario de un Partido que tiene ganas de gobernar y está preparado para hacerlo.
La victoria de Tomás Gómez es un valor no solo para Madrid, sino para España, porque la victoria del PSM y su unidad, refuerza también al PSOE y al Presidente Rodríguez Zapatero. Si gana Tomás no pierde nadie, salvo Esperanza Aguirre y su desgobierno.
(Texto íntegro del artículo publicado en El Faro de Guadarrama: http://www.elfarodelguadarrama.com/noticia/25471/Opinión/primarias-madrid.html)
miércoles, 1 de septiembre de 2010
TRAS LA ASAMBLEA DEL 16 DE JULIO
El pasado 16 de julio tuvo lugar por fin la Asamblea Extraordinaria del PSOE de Alpedrete en la que se eligió la actual Ejecutiva. Como ya es sabido por todos, la candidatura que me honro en haber encabezado, obtuvo tan solo un voto menos que la que encabezaba el compañero Francisco José de Pablo Muñoz, quien hoy ocupa la Secretaría General.
El resultado, con ser muy ajustado y dejar clara la necesidad de un equilibrio orgánico, debe de ser entendido como definitivo hasta el momento en que, de manera ordinaria, se renueven las ejecutivas locales y regionales, tras el próximo congreso. Y si se da definitivamente la integración necesaria y se superan los aprioris que generaron la crisis, así será dentro de la más estricta normalidad.
No puedo valorar el resultado obtenido en la Asamblea como negativo. No lo hago pese a no haber ganado la candidatura que encabezaba, porque el proceso –desde la presentación de la moción de censura contra el anterior comité, hasta el día de la elección del nuevo- ha traído consigo la resolución de uno de los problemas –el más importante- que provocó la decisión de algunos compañeros y compañeras de plantear la moción.
Quien justificó con su conducta la puesta en marcha de la medida, ya no se encuentra en la dirección local del PSOE de Alpedrete y por tanto, muchos y muchas damos por bueno el resultado.
Es una prueba más de que éste es un partido democrático en el que los militantes tienen a su alcance instrumentos para terminar con situaciones de abuso de poder, megalomanías inexplicables y otras perversiones de la política.
Sea como fuere, el PSOE de Alpedrete se recompone y se regenera su vida orgánica a las puertas mismas de la precampaña de las elecciones de mayo de 2011. En estas circunstancias es importante dejar claro que si hubo una crisis interna en esta Agrupación, ya no la hay. El proceso democrático interno ha designado unos nuevos responsables y ha puesto en marcha un proyecto que tiene como fin la recuperación del Ayuntamiento de Alpedrete por parte de la izquierda.
Que a nadie le quepa la menor duda de que todos apoyaremos sin fisuras a la nueva dirección en su tarea, pese a las diferencias de planteamiento que pudieran existir y que de hecho son normales en todos los partidos políticos. Y lo vamos a hacer desde la responsabilidad que implica la militancia en este Partido y seguros de que en esta ocasión hay muchas posibilidades de que el PP no gobierne a partir del año que viene en Alpedrete.
Por eso, en estos momentos más que nunca, El PSOE tiene que estar unido –y lo estará-para conseguir situar a la izquierda en el gobierno municipal.
Se que en determinados sectores o entre ciertas personas –algunas bastante cercanas- no faltará quien se empeñe en buscar argumentos que contribuyan a la desunión o empeñados en mostrar un PSOE de Alpedrete dividido o debilitado por luchas internas. Tengo que decir por mi parte y por la de aquellos o aquellas quienes pudieran verse representados por mis palabras, que agoreros y mezquinos, no encontrarán ni un solo argumento a su favor para apoyar tales tesis.
El adversario político de los socialistas de Alpedrete es, como no podía ser de otro modo, el Partido Popular y cualquier otra interpretación, carece por entero de sentido y de fundamento en este momento. Este periodo que ahora se inicia, tiene que ser el de la derrota del PP y de la victoria de la izquierda. Y así será porque toda la izquierda tiene que trabajar y trabajará unida para conseguirlo. Estamos preparados para liderar ese cambio y lo vamos a conseguir con el esfuerzo de todos.
Pero el trabajo a realizar no puede verse mermado en su dimensión por una visión excesivamente localista que a mi juicio aminora la fuerza del discurso.
No se debe obviar en el análisis de nuestras inquietudes políticas, que no somos un municipio aislado, sino que pertenecemos a una comarca importante de la Comunidad de Madrid. Que lo que pase en otros ámbitos de nuestra región nos afecta también y que el cambio verdadero no se dará si, al final, el Partido Popular continua gobernando la autonomía madrileña.
Por eso, debemos ser capaces de ofrecer, como socialistas dispuestos a gobernar, un proyecto unitario y homologado en toda la zona. Un proyecto que responda a las particularidades de cada municipio, pero que comprenda bien los intereses generales de unas localidades que comparten entre otros, servicios, infraestructuras y problemáticas y que necesitan de la fuerza de la unión para tener repercusión en sus demandas.
Es más importante que nunca la unidad y el trabajo conjunto de los socialistas de la Sierra; por nuestros intereses comunes y también porque este trabajo se verá recompensado así, con el triunfo electoral en la Comunidad de Madrid.
El resultado, con ser muy ajustado y dejar clara la necesidad de un equilibrio orgánico, debe de ser entendido como definitivo hasta el momento en que, de manera ordinaria, se renueven las ejecutivas locales y regionales, tras el próximo congreso. Y si se da definitivamente la integración necesaria y se superan los aprioris que generaron la crisis, así será dentro de la más estricta normalidad.
No puedo valorar el resultado obtenido en la Asamblea como negativo. No lo hago pese a no haber ganado la candidatura que encabezaba, porque el proceso –desde la presentación de la moción de censura contra el anterior comité, hasta el día de la elección del nuevo- ha traído consigo la resolución de uno de los problemas –el más importante- que provocó la decisión de algunos compañeros y compañeras de plantear la moción.
Quien justificó con su conducta la puesta en marcha de la medida, ya no se encuentra en la dirección local del PSOE de Alpedrete y por tanto, muchos y muchas damos por bueno el resultado.
Es una prueba más de que éste es un partido democrático en el que los militantes tienen a su alcance instrumentos para terminar con situaciones de abuso de poder, megalomanías inexplicables y otras perversiones de la política.
Sea como fuere, el PSOE de Alpedrete se recompone y se regenera su vida orgánica a las puertas mismas de la precampaña de las elecciones de mayo de 2011. En estas circunstancias es importante dejar claro que si hubo una crisis interna en esta Agrupación, ya no la hay. El proceso democrático interno ha designado unos nuevos responsables y ha puesto en marcha un proyecto que tiene como fin la recuperación del Ayuntamiento de Alpedrete por parte de la izquierda.
Que a nadie le quepa la menor duda de que todos apoyaremos sin fisuras a la nueva dirección en su tarea, pese a las diferencias de planteamiento que pudieran existir y que de hecho son normales en todos los partidos políticos. Y lo vamos a hacer desde la responsabilidad que implica la militancia en este Partido y seguros de que en esta ocasión hay muchas posibilidades de que el PP no gobierne a partir del año que viene en Alpedrete.
Por eso, en estos momentos más que nunca, El PSOE tiene que estar unido –y lo estará-para conseguir situar a la izquierda en el gobierno municipal.
Se que en determinados sectores o entre ciertas personas –algunas bastante cercanas- no faltará quien se empeñe en buscar argumentos que contribuyan a la desunión o empeñados en mostrar un PSOE de Alpedrete dividido o debilitado por luchas internas. Tengo que decir por mi parte y por la de aquellos o aquellas quienes pudieran verse representados por mis palabras, que agoreros y mezquinos, no encontrarán ni un solo argumento a su favor para apoyar tales tesis.
El adversario político de los socialistas de Alpedrete es, como no podía ser de otro modo, el Partido Popular y cualquier otra interpretación, carece por entero de sentido y de fundamento en este momento. Este periodo que ahora se inicia, tiene que ser el de la derrota del PP y de la victoria de la izquierda. Y así será porque toda la izquierda tiene que trabajar y trabajará unida para conseguirlo. Estamos preparados para liderar ese cambio y lo vamos a conseguir con el esfuerzo de todos.
Pero el trabajo a realizar no puede verse mermado en su dimensión por una visión excesivamente localista que a mi juicio aminora la fuerza del discurso.
No se debe obviar en el análisis de nuestras inquietudes políticas, que no somos un municipio aislado, sino que pertenecemos a una comarca importante de la Comunidad de Madrid. Que lo que pase en otros ámbitos de nuestra región nos afecta también y que el cambio verdadero no se dará si, al final, el Partido Popular continua gobernando la autonomía madrileña.
Por eso, debemos ser capaces de ofrecer, como socialistas dispuestos a gobernar, un proyecto unitario y homologado en toda la zona. Un proyecto que responda a las particularidades de cada municipio, pero que comprenda bien los intereses generales de unas localidades que comparten entre otros, servicios, infraestructuras y problemáticas y que necesitan de la fuerza de la unión para tener repercusión en sus demandas.
Es más importante que nunca la unidad y el trabajo conjunto de los socialistas de la Sierra; por nuestros intereses comunes y también porque este trabajo se verá recompensado así, con el triunfo electoral en la Comunidad de Madrid.
martes, 15 de junio de 2010
lunes, 26 de abril de 2010
JUICIO A LOS MUERTOS
El enjuiciamiento del Juez Garzón, esta menoscabando seriamente la credibilidad de la justicia y por ende, está haciendo mella en la credibilidad de todo el sistema. No por el hecho de que se esté juzgando a un juez, que no tendría nada de excepcional en un estado de derecho como el nuestro, sino por el tremendo significado que tiene que lo lleven al banquillo quienes tienen que responder por los crímenes que Garzón investiga.
El proceso contra el juez de la Audiencia Nacional, además, ha puesto de manifiesto que la justicia española precisa de una reconversión que otras administraciones del Estado ya sufrieron hace décadas y también de una renovación inmediata de quienes ocupan sus más altas instancias. Es preciso afrontar una reforma de la justicia que entre otros aspectos garantice la igualdad de condiciones en el acceso a la Judicatura, para que no solo opten a dichos puestos las clases más pudientes, en general conservadoras. Y es que no todo el mundo puede con los costes que suponen los años de preparación para opositar a jueces o notarios, produciéndose así una apropiación de clase en donde no debería existir la mínima sospecha de vinculación ideológica o de ningún tipo.
Este singular enjuiciamiento ha servido también, para dar aire a quienes mantienen que la transición española no cerró convenientemente el episodio de la vergonzosa y terrible exterminación de los vencidos de la Guerra Civil.
Estoy de acuerdo en que el borrón y cuenta nueva con que se pasó de la dictadura a la democracia, significa un agravio para la memoria de quienes murieron a manos de los verdugos fascistas, para quienes sufrieron tortura, cárcel o exilio o para sus familiares. Pero pongo en duda el razonamiento de quienes piensan que el final de la década de 1970 ofrecía las condiciones necesarias para emprender esa imperiosa reparación.
Con la visión que dan casi treinta y dos años de libertad y normalidad constitucional, en la actualidad es más que evidente que la asignatura pendiente de nuestro proceso de transición a la democracia es el reconocimiento de que los que perdieron la guerra tenían razón. Cuando se hace la Ley de Memoria Histórica, también están pendientes el reconocimiento oficial a las víctimas, la reparación de su dignidad, la anulación de los procesos y juicios y como no, la recuperación de los cadáveres que llenan multitud de fosas diseminadas por nuestra geografía esperando a ser descubiertos y exhumados para descanso de familias y conocimiento y recuerdo de una verdad aterradora y no tan lejana.
En cuanto al momento, surge la duda: ¿habría sido posible la rápida normalización democrática que experimentó España y que impresionó en Europa, si se hubiera hecho la transición de otra forma? ¿habría sido posible en un contexto político menos estable, el rápido avance que se produjo en el país y que supuso la mayor y más veloz transformación social y económica que hemos vivido los españoles?
Ahora vemos con claridad los defectos de la transición, que los tuvo; pero me gustaría ver a alguno de los muchos exégetas de nuestra historia reciente -que estos días brotan con profusión de micosis- cómo habrían interpretado aquel contexto político y cómo se hubieran desenvuelto entre el miedo, la incertidumbre y el acecho de los militares, prestos a sacar los tanques a la calle como pudo constatarse en 1981. La realidad en aquellos días era muy distinta de la actual; no se puede obviar esto en el análisis de la transición sin cometer un error de bulto.
Por otra parte, estoy absolutamente convencido de que los gobiernos de Aznar son la causa directa del advenimiento de este neofascismo que profesan colectivos como los que han llevado a Baltasar Garzón ante el Supremo. Sobre todo la segunda legislatura, la de la mayoría absoluta, que supuso un desastre para la democracia solo comparable al bienio negro de la II República.
En este periodo se sientan las bases de una España nuevamente dividida entre los que están en posesión de la razón absoluta y los enemigos del orden, que éramos todos los demás. En esa época fragua también una visión de la historia reciente de España sesgada con un peligrosísimo relativismo de la mano de los poderosos grupos mediáticos y editoriales de la derecha que en algunos casos ha derivado en el más deleznable revisionismo gracias a autores como Pio Moa, De La Cierva o García de Cortázar.
Ese revisionismo despreciable ha llegado a materializarse negligentemente en discurso político y ha llegado más lejos de lo que es permisible. En la mismísima Asamblea de Madrid, se ha podido escuchar a la Presidenta de la Comunidad esta semana justificando la negativa de su partido a condenar el franquismo con el argumento de que la guerra civil la comenzaron los revolucionarios de 1934 en Asturias o los asesinos de Calvo Sotelo. Son precisamente los argumentos falaces de quienes se sublevaron contra el Gobierno legítimo de la II Republica.
La desfachatez de la derecha y de sus dirigentes ya no se oculta porque durante años les hemos dejado afianzarse en el poder en distintos ámbitos y no hemos sabido reaccionar ante el resurgir de sus consignas neofascistas. Hemos hecho dejación de nuestra obligación moral de reivindicación de la memoria de los que fueron exiliados, torturados y asesinados; de la reparación de su dignidad y de la más firme condena de los verdugos, ejecutores del golpe de estado y de la brutal represión posterior a la guerra. Tergiversar, mentir y confundir; eso es lo que hacen. Lo que sea con tal de que la derecha no resulte identificada con su terrible pasado fascista durante la dictadura de Franco.
No escribo esto con la intención de adular a Garzón. No es oro todo lo que reluce en el cursus honorum del Magistrado. Muchos socialistas hemos mirado un tiempo a la Audiencia Nacional con desconfianza y resentimiento. En el contexto de la transición del último gobierno socialista de Felipe González al primero del PP, encontramos también a Baltasar Garzón; parte activa en el acoso a Felipe, por rencor o por lo que fuera. Pero allí estaba cuando sacó muy oportunamente del cajón -donde se pudría desde que el juez se pasó a la política- el sumario que llevó sin pruebas concluyentes a un ministro y a un secretario de estado a la cárcel. Era el tiempo, confuso para muchos, en que los media, convertidos en sindicato del crimen, se confabulaban con una oposición desesperada porque fracasaba una y otra vez en el intento de derrotar al PSOE. Aznar berreaba en el Congreso aquello del ¡Márchese, Sr. González!
Pero lo que está sucediendo ahora trasciende los sentimientos y las opiniones que se puedan tener acerca de Garzón, porque no se trata solo de su persona o su carrera judicial. La instrucción contra el magistrado por investigar los crímenes del franquismo tiene un valor que está por encima, incluso, del daño que su revanchismo contra Felipe pudiera haberle causado al PSOE o al propio Estado.
Con el sumario de los crímenes del franquismo, Garzón ha removido los sedimentos de una parte de la historia injustamente enterrada y oscurecida que era preciso desenterrar y esta pagando el precio por ello. Pero lo que me parece más importante es que cuando Baltasar Garzón se siente en el banquillo, no se sentará solo. Se sentarán con él la memoria de cientos de miles de republicanos, demócratas represaliados, asesinados y desaparecidos. Todos ellos clamarán entonces, no solo sobre la conciencia de sus verdugos –acaso carecieran de ésta- clamarán sobre la conciencia de la sociedad española, de la opinión pública actual. Y con su clamor nos llamarán a la movilización porque los mismos que les asesinaron, ahora les sientan en el banquillo para condenarles al olvido, para ejecutarles de nuevo asesinando su memoria e imposibilitando así su resarcimiento, la restitución de su dignidad, usurpada por la intransigencia, la violencia y la ignominia de aquellos miserables golpistas de 1936 y eso no lo podemos permitir. No podemos, al menos, permanecer impasibles ante esta farsa.
El proceso contra el juez de la Audiencia Nacional, además, ha puesto de manifiesto que la justicia española precisa de una reconversión que otras administraciones del Estado ya sufrieron hace décadas y también de una renovación inmediata de quienes ocupan sus más altas instancias. Es preciso afrontar una reforma de la justicia que entre otros aspectos garantice la igualdad de condiciones en el acceso a la Judicatura, para que no solo opten a dichos puestos las clases más pudientes, en general conservadoras. Y es que no todo el mundo puede con los costes que suponen los años de preparación para opositar a jueces o notarios, produciéndose así una apropiación de clase en donde no debería existir la mínima sospecha de vinculación ideológica o de ningún tipo.
Este singular enjuiciamiento ha servido también, para dar aire a quienes mantienen que la transición española no cerró convenientemente el episodio de la vergonzosa y terrible exterminación de los vencidos de la Guerra Civil.
Estoy de acuerdo en que el borrón y cuenta nueva con que se pasó de la dictadura a la democracia, significa un agravio para la memoria de quienes murieron a manos de los verdugos fascistas, para quienes sufrieron tortura, cárcel o exilio o para sus familiares. Pero pongo en duda el razonamiento de quienes piensan que el final de la década de 1970 ofrecía las condiciones necesarias para emprender esa imperiosa reparación.
Con la visión que dan casi treinta y dos años de libertad y normalidad constitucional, en la actualidad es más que evidente que la asignatura pendiente de nuestro proceso de transición a la democracia es el reconocimiento de que los que perdieron la guerra tenían razón. Cuando se hace la Ley de Memoria Histórica, también están pendientes el reconocimiento oficial a las víctimas, la reparación de su dignidad, la anulación de los procesos y juicios y como no, la recuperación de los cadáveres que llenan multitud de fosas diseminadas por nuestra geografía esperando a ser descubiertos y exhumados para descanso de familias y conocimiento y recuerdo de una verdad aterradora y no tan lejana.
En cuanto al momento, surge la duda: ¿habría sido posible la rápida normalización democrática que experimentó España y que impresionó en Europa, si se hubiera hecho la transición de otra forma? ¿habría sido posible en un contexto político menos estable, el rápido avance que se produjo en el país y que supuso la mayor y más veloz transformación social y económica que hemos vivido los españoles?
Ahora vemos con claridad los defectos de la transición, que los tuvo; pero me gustaría ver a alguno de los muchos exégetas de nuestra historia reciente -que estos días brotan con profusión de micosis- cómo habrían interpretado aquel contexto político y cómo se hubieran desenvuelto entre el miedo, la incertidumbre y el acecho de los militares, prestos a sacar los tanques a la calle como pudo constatarse en 1981. La realidad en aquellos días era muy distinta de la actual; no se puede obviar esto en el análisis de la transición sin cometer un error de bulto.
Por otra parte, estoy absolutamente convencido de que los gobiernos de Aznar son la causa directa del advenimiento de este neofascismo que profesan colectivos como los que han llevado a Baltasar Garzón ante el Supremo. Sobre todo la segunda legislatura, la de la mayoría absoluta, que supuso un desastre para la democracia solo comparable al bienio negro de la II República.
En este periodo se sientan las bases de una España nuevamente dividida entre los que están en posesión de la razón absoluta y los enemigos del orden, que éramos todos los demás. En esa época fragua también una visión de la historia reciente de España sesgada con un peligrosísimo relativismo de la mano de los poderosos grupos mediáticos y editoriales de la derecha que en algunos casos ha derivado en el más deleznable revisionismo gracias a autores como Pio Moa, De La Cierva o García de Cortázar.
Ese revisionismo despreciable ha llegado a materializarse negligentemente en discurso político y ha llegado más lejos de lo que es permisible. En la mismísima Asamblea de Madrid, se ha podido escuchar a la Presidenta de la Comunidad esta semana justificando la negativa de su partido a condenar el franquismo con el argumento de que la guerra civil la comenzaron los revolucionarios de 1934 en Asturias o los asesinos de Calvo Sotelo. Son precisamente los argumentos falaces de quienes se sublevaron contra el Gobierno legítimo de la II Republica.
La desfachatez de la derecha y de sus dirigentes ya no se oculta porque durante años les hemos dejado afianzarse en el poder en distintos ámbitos y no hemos sabido reaccionar ante el resurgir de sus consignas neofascistas. Hemos hecho dejación de nuestra obligación moral de reivindicación de la memoria de los que fueron exiliados, torturados y asesinados; de la reparación de su dignidad y de la más firme condena de los verdugos, ejecutores del golpe de estado y de la brutal represión posterior a la guerra. Tergiversar, mentir y confundir; eso es lo que hacen. Lo que sea con tal de que la derecha no resulte identificada con su terrible pasado fascista durante la dictadura de Franco.
No escribo esto con la intención de adular a Garzón. No es oro todo lo que reluce en el cursus honorum del Magistrado. Muchos socialistas hemos mirado un tiempo a la Audiencia Nacional con desconfianza y resentimiento. En el contexto de la transición del último gobierno socialista de Felipe González al primero del PP, encontramos también a Baltasar Garzón; parte activa en el acoso a Felipe, por rencor o por lo que fuera. Pero allí estaba cuando sacó muy oportunamente del cajón -donde se pudría desde que el juez se pasó a la política- el sumario que llevó sin pruebas concluyentes a un ministro y a un secretario de estado a la cárcel. Era el tiempo, confuso para muchos, en que los media, convertidos en sindicato del crimen, se confabulaban con una oposición desesperada porque fracasaba una y otra vez en el intento de derrotar al PSOE. Aznar berreaba en el Congreso aquello del ¡Márchese, Sr. González!
Pero lo que está sucediendo ahora trasciende los sentimientos y las opiniones que se puedan tener acerca de Garzón, porque no se trata solo de su persona o su carrera judicial. La instrucción contra el magistrado por investigar los crímenes del franquismo tiene un valor que está por encima, incluso, del daño que su revanchismo contra Felipe pudiera haberle causado al PSOE o al propio Estado.
Con el sumario de los crímenes del franquismo, Garzón ha removido los sedimentos de una parte de la historia injustamente enterrada y oscurecida que era preciso desenterrar y esta pagando el precio por ello. Pero lo que me parece más importante es que cuando Baltasar Garzón se siente en el banquillo, no se sentará solo. Se sentarán con él la memoria de cientos de miles de republicanos, demócratas represaliados, asesinados y desaparecidos. Todos ellos clamarán entonces, no solo sobre la conciencia de sus verdugos –acaso carecieran de ésta- clamarán sobre la conciencia de la sociedad española, de la opinión pública actual. Y con su clamor nos llamarán a la movilización porque los mismos que les asesinaron, ahora les sientan en el banquillo para condenarles al olvido, para ejecutarles de nuevo asesinando su memoria e imposibilitando así su resarcimiento, la restitución de su dignidad, usurpada por la intransigencia, la violencia y la ignominia de aquellos miserables golpistas de 1936 y eso no lo podemos permitir. No podemos, al menos, permanecer impasibles ante esta farsa.
miércoles, 7 de abril de 2010
LOS PROBLEMAS DEL PP DE ALPEDRETE
En todos lados cuecen habas y el PP no es una excepción. Tras la imagen monolítica del corporativismo ventajista que gastan los clones de la calle Génova, se esconde una verdad tan natural para el común de los mortales, como peligrosa para quien se esfuerza en convencer con la foto de tropa scout alegre y marcial que nos meten en casa al mínimo descuido por los canales reaccionarios de la TDT.
Pero nada de felicidad plena, nada más lejos de la realidad; no hay más que ver los pellizcos en la mejilla y las miradas hipócritas que se obsequian la sardina (la de las coplillas carnavalescas, ¿eh?) y el hijo p… mientras se hinchan a patadas por debajo de la mesa cuando algún desconsiderado toca imprudentemente el tema Caja Madrid...
En Alpedrete el Partido Popular era una carcajada cuando tuvo que dimitir, forzado por las circunstancias, el anterior Secretario General del PSOE local y según cuentan por ahí, en los maitines se despachaban entre el júbilo y la euforia entorno a la pantalla del ordenador con los chascarrillos de los foros de Internet. Y es que en la balsa de aceite del PP estas cosas no pasan.
Pero ahora resulta que pintan bastos también en la sede de Real, 14 de Alpedrete.
La inhibición –ignoramos si forzosa- del Sr. Tomás Carrión, Concejal de Urbanismo, para votar en lo tocante al Plan General, ha complicado de tal modo las cosas para el Equipo de Gobierno, que parecen zozobrar por momentos, cuando lo tenían todo de cara una vez más.
Que había ya antes de esto problemas internos en el PP Alpedreteño, lo intuíamos muchos y muchas; que se había desatado la batalla por la deseada sucesión de la Alcaldesa, era un grito apenas ahogado por la ley del silencio imperante; pero ahora ya no se puede disimular. Hay disensiones internas y graves.
Y si no, que alguien versado en esta incierta materia conteste estas preguntas: Si el Partido Popular de Alpedrete tiene mayoría absoluta, ¿por qué no la hace valer y aprueba el Plan General de una vez por todas? Si el Concejal de Urbanismo no incurrió en incompatibilidad ni ilegalidad ninguna como él sostiene, ¿por qué se ha inhibido? Si la inhibición es inevitable en tanto que hay irregularidades, ¿porqué no dimite y da paso al siguiente en la lista, volviendo así el PP a recuperar la mayoría absoluta y de paso saneando la imagen pública del partido?
Ya sé que alguien querrá contestar y tendrá tiempo de hacerlo, pero vaya como adelanto mi modesta opinión:
El Concejal de Urbanismo no quiere dimitir. Al PP de Alpedrete no le conviene, electoralmente hablando, que el Concejal de Urbanismo dimita salpicado por la corrupción urbanística a un año de las elecciones; las disensiones entre los partidarios de sanear y que corra la lista y los que se la van a jugar con tal de no admitir que ha habido irregularidades, están llevando las cosas demasiado lejos y lo que es peor –para ellos- está poniendo a los constructores -y a los supuestos compradores que según se dice por ahí, ya han adelantado su dinero- al borde de un ataque de nervios, porque entre dimes y diretes el Plan General no sale, es más, se tambalea. ¡Madre! Con lo que llevamos invertido.
Así que hay que buscar otra solución. Y la solución que han encontrado no es otra que la de pactar con la oposición para sortear el problema del Concejal de Urbanismo y salvar de paso el controvertido PGOU.
Acabáramos. Hasta ahora la oposición era ignorada, ninguneada y vapuleada pleno tras pleno con menoscabo y chirigota por los nueve votos mayoritarios del consistorio y si te he visto no me acuerdo. Reglamento mordaza, prepotencia, desprecio… Hasta un ingenioso reloj con gong que manejan los propios concejales del equipo de gobierno para medir las intervenciones, más propio de un pasapalabra, que de un pleno municipal. La intransigencia de quienes gobiernan Alpedrete llegó a tal extremo que llegaron a estar los pobres concejales de la oposición en la calle porque les privaron de las dependencias municipales que para bien o para mal les correspondían. Quien más y quien menos se acordará de aquel despacho improvisado en los soportales de la fachada del Ayuntamiento
Ahora sin embargo, hay que verlo. Nervios y reuniones para conseguir un acuerdo, mano izquierda y negociación a cargo de los mas dialogantes y sensatos (como el tristemente desaparecido Carlos Gasca a cuyos familiares y allegados aprovecho para transmitir mi más sincero pésame).
Pero hasta ahí podríamos llegar. El PP de Alpedrete tiene problemas y son problemas graves. Entre disensiones internas y oscurantismos, el PGOU en dique seco y vaya usted a saber si un buen montón de compromisos que no se van a poder cumplir.
El dilema no es baladí. Si el PGOU no se aprueba en este mandato, el PP no renovará su mayoría Absoluta. Si dimite el Sr. Carrión y corre la lista lo podrán aprobar, pero tampoco tendrían fácil la victoria con una dimisión por corrupción casi en campaña electoral.
Ellos lo saben y harán todo lo que puedan para aprobarlo con el menor daño posible. Por eso ahora de repente y ante la necesidad, han descubierto que la oposición sirve para algo. Y así es, pero desde luego no para lo que ellos la quieren, para que sean los que aporten los votos que les falten y les saquen las castañas del fuego; de paso bendecir con un pacto todos los atropellos que conlleva este Plan General.
Hasta ahí podríamos llegar. Este problema lo han generado ellos con sus tejemanejes y por no saber separar la política y sus negocios; con su hipocresía y su soberbia. Que lo resuelvan ellos.
Que dimita el Concejal de Urbanismo, que corra la lista y que aprueben el PGOU, si tanto interés tienen en aprobarlo y si no que lo retiren y que diseñen uno nuevo en consenso con los partidos de la oposición y con los vecinos, que es como se debería haber hecho desde el principio. Uno en el que no primen los intereses de unos pocos y sí el interés general.
Y en cualquiera de los dos casos que asuman su responsabilidad y las consecuencias de sus actos.
Desde luego los concejales de la oposición no pueden ser los que le arreglen los problemas internos al PP ni quienes le saquen adelante sus chanchullos. Si lo hicieran le estarían ofreciendo una vez más al PP la mayoría absoluta y por tanto el gobierno de Alpedrete, además de ponerse a su altura en un asunto en el que la moral, la ética y la responsabilidad del buen gobierno, han sido atropellados y pisoteados.
Para eso ni nos presentamos a las elecciones. Hacemos campaña por Mª del Sol Casado directamente y a otra cosa.
Pero nada de felicidad plena, nada más lejos de la realidad; no hay más que ver los pellizcos en la mejilla y las miradas hipócritas que se obsequian la sardina (la de las coplillas carnavalescas, ¿eh?) y el hijo p… mientras se hinchan a patadas por debajo de la mesa cuando algún desconsiderado toca imprudentemente el tema Caja Madrid...
En Alpedrete el Partido Popular era una carcajada cuando tuvo que dimitir, forzado por las circunstancias, el anterior Secretario General del PSOE local y según cuentan por ahí, en los maitines se despachaban entre el júbilo y la euforia entorno a la pantalla del ordenador con los chascarrillos de los foros de Internet. Y es que en la balsa de aceite del PP estas cosas no pasan.
Pero ahora resulta que pintan bastos también en la sede de Real, 14 de Alpedrete.
La inhibición –ignoramos si forzosa- del Sr. Tomás Carrión, Concejal de Urbanismo, para votar en lo tocante al Plan General, ha complicado de tal modo las cosas para el Equipo de Gobierno, que parecen zozobrar por momentos, cuando lo tenían todo de cara una vez más.
Que había ya antes de esto problemas internos en el PP Alpedreteño, lo intuíamos muchos y muchas; que se había desatado la batalla por la deseada sucesión de la Alcaldesa, era un grito apenas ahogado por la ley del silencio imperante; pero ahora ya no se puede disimular. Hay disensiones internas y graves.
Y si no, que alguien versado en esta incierta materia conteste estas preguntas: Si el Partido Popular de Alpedrete tiene mayoría absoluta, ¿por qué no la hace valer y aprueba el Plan General de una vez por todas? Si el Concejal de Urbanismo no incurrió en incompatibilidad ni ilegalidad ninguna como él sostiene, ¿por qué se ha inhibido? Si la inhibición es inevitable en tanto que hay irregularidades, ¿porqué no dimite y da paso al siguiente en la lista, volviendo así el PP a recuperar la mayoría absoluta y de paso saneando la imagen pública del partido?
Ya sé que alguien querrá contestar y tendrá tiempo de hacerlo, pero vaya como adelanto mi modesta opinión:
El Concejal de Urbanismo no quiere dimitir. Al PP de Alpedrete no le conviene, electoralmente hablando, que el Concejal de Urbanismo dimita salpicado por la corrupción urbanística a un año de las elecciones; las disensiones entre los partidarios de sanear y que corra la lista y los que se la van a jugar con tal de no admitir que ha habido irregularidades, están llevando las cosas demasiado lejos y lo que es peor –para ellos- está poniendo a los constructores -y a los supuestos compradores que según se dice por ahí, ya han adelantado su dinero- al borde de un ataque de nervios, porque entre dimes y diretes el Plan General no sale, es más, se tambalea. ¡Madre! Con lo que llevamos invertido.
Así que hay que buscar otra solución. Y la solución que han encontrado no es otra que la de pactar con la oposición para sortear el problema del Concejal de Urbanismo y salvar de paso el controvertido PGOU.
Acabáramos. Hasta ahora la oposición era ignorada, ninguneada y vapuleada pleno tras pleno con menoscabo y chirigota por los nueve votos mayoritarios del consistorio y si te he visto no me acuerdo. Reglamento mordaza, prepotencia, desprecio… Hasta un ingenioso reloj con gong que manejan los propios concejales del equipo de gobierno para medir las intervenciones, más propio de un pasapalabra, que de un pleno municipal. La intransigencia de quienes gobiernan Alpedrete llegó a tal extremo que llegaron a estar los pobres concejales de la oposición en la calle porque les privaron de las dependencias municipales que para bien o para mal les correspondían. Quien más y quien menos se acordará de aquel despacho improvisado en los soportales de la fachada del Ayuntamiento
Ahora sin embargo, hay que verlo. Nervios y reuniones para conseguir un acuerdo, mano izquierda y negociación a cargo de los mas dialogantes y sensatos (como el tristemente desaparecido Carlos Gasca a cuyos familiares y allegados aprovecho para transmitir mi más sincero pésame).
Pero hasta ahí podríamos llegar. El PP de Alpedrete tiene problemas y son problemas graves. Entre disensiones internas y oscurantismos, el PGOU en dique seco y vaya usted a saber si un buen montón de compromisos que no se van a poder cumplir.
El dilema no es baladí. Si el PGOU no se aprueba en este mandato, el PP no renovará su mayoría Absoluta. Si dimite el Sr. Carrión y corre la lista lo podrán aprobar, pero tampoco tendrían fácil la victoria con una dimisión por corrupción casi en campaña electoral.
Ellos lo saben y harán todo lo que puedan para aprobarlo con el menor daño posible. Por eso ahora de repente y ante la necesidad, han descubierto que la oposición sirve para algo. Y así es, pero desde luego no para lo que ellos la quieren, para que sean los que aporten los votos que les falten y les saquen las castañas del fuego; de paso bendecir con un pacto todos los atropellos que conlleva este Plan General.
Hasta ahí podríamos llegar. Este problema lo han generado ellos con sus tejemanejes y por no saber separar la política y sus negocios; con su hipocresía y su soberbia. Que lo resuelvan ellos.
Que dimita el Concejal de Urbanismo, que corra la lista y que aprueben el PGOU, si tanto interés tienen en aprobarlo y si no que lo retiren y que diseñen uno nuevo en consenso con los partidos de la oposición y con los vecinos, que es como se debería haber hecho desde el principio. Uno en el que no primen los intereses de unos pocos y sí el interés general.
Y en cualquiera de los dos casos que asuman su responsabilidad y las consecuencias de sus actos.
Desde luego los concejales de la oposición no pueden ser los que le arreglen los problemas internos al PP ni quienes le saquen adelante sus chanchullos. Si lo hicieran le estarían ofreciendo una vez más al PP la mayoría absoluta y por tanto el gobierno de Alpedrete, además de ponerse a su altura en un asunto en el que la moral, la ética y la responsabilidad del buen gobierno, han sido atropellados y pisoteados.
Para eso ni nos presentamos a las elecciones. Hacemos campaña por Mª del Sol Casado directamente y a otra cosa.
lunes, 29 de marzo de 2010
martes, 9 de marzo de 2010
EL PLAN GENERAL, EN CUESTIÓN; EL PP CONTRA LAS CUERDAS.
Así es, una vez más la corrupción urbanística se cuela en la política municipal de mano de los inmorales. Esta vez lo tenemos cerca; se trata de nuestro propio pueblo. Tras la aparición de la noticia en El País, con los datos que el artículo aporta, ya nadie tiene dudas –si acaso aquellos que no quieren ver- de que se trata del clásico pelotazo urbanístico resultado de un ejercicio corrupto de la política, tan tristemente frecuente en nuestro tiempo.
Hasta hace bien poco nada hacía suponer que la tramitación del Plan General de Ordenación Urbana de Alpedrete se vería afectada por las circunstancias que ahora lo han situado en vía muerta. Una mayoría absoluta del PP, tan sorda e insensible como nos tienen acostumbrados desde Génova y un elenco de constructores y especuladores frotándose las manos por detrás. Enfrente una oposición numéricamente incapaz de variar los oscuros designios urbanísticos que los ediles populares nos reservan. Lo de siempre.
Pero a veces el peso de la evidencia hace moverse lo que parecía imposible. Tomás Carrión Guillén, el concejal implicado en la presunta trama se ha inhibido, con buen criterio, de participar en todo lo que se refiere al Plan General. Dicha inhibición es en si misma un reconocimiento de culpabilidad de aquello de lo que se le acusa y también de que probablemente mintió en el momento en que tuvo que constatar por escrito la compatibilidad del desempeño de su cargo con la titularidad de sus bienes, estando éstos afectados, como se ha sabido, por el desarrollo del PGOU. A la inhibición del Sr. Carrión hay que sumar el hecho de que la Alcaldesa no dispone en esta cuestión del derecho de voto de calidad que ostenta en otras votaciones, llegando así a una situación no prevista probablemente por el equipo que dirige Mª Sol Casado, esto es, que el Grupo Municipal del PP se ha quedado en un incómodo empate y contra las cuerdas en un momento crítico del mandato.
Con la misma celeridad con la que Aznar aprendió en la intimidad a hablar catalán cuando necesitó de CiU, al perder la mayoría el PP de Alpedrete se ha lanzado a la carrera a lograr consensuar el PGOU con los grupos de la oposición -al menos con algunos, ya que el de Izquierda Unida parece haber sido descartado de las negociaciones- para salvar el proyecto estrella de este mandato, El PGOU.
El hecho de que en estos momentos haya una Comisión Gestora en el PSOE de Alpedrete y no exista una dirección política local, tras la moción de censura presentada contra el anterior Secretario General, Juan Aragoneses y su consiguiente dimisión, ha desdibujado ciertamente el papel que cabía esperar del partido mayoritario de la oposición en un momento en que quienes se oponen al PP y a sus planes de alicatado del solar alpedreteño, ven la necesidad de dar el todo por el todo en la tensa batalla que se libra contra la corrupción.
Es por esto que muchos han querido ver debilidades entorno al Grupo Municipal Socialista o a sus concejales, en el sentido del voto que éstos emitirían llegado el momento de la venidera votación sobre el Plan General. Si a esto se añade la adicción insana que algunos concejales tienen a dar salida a sus frustraciones, instintos coartados en su fin y neurosis varias, bajo nombres figurados en los foros de Internet, obtenemos un panorama engañoso y turbio, que conviene despejar para bien de todos y prevalencia de la verdad.
El Partido Socialista Obrero Español es una organización federal descentralizada, donde existen direcciones propias de cada ámbito territorial o sectorial, que cuentan con capacidad orgánica para actuar y diseñar la política a seguir, siempre en concordancia con las resoluciones y Estatutos Federales y Regionales emanados de cada Congreso.
Con esta estructura de funcionamiento, nuestro Partido ha sabido adecuarse a las distintas realidades territoriales de este complicado mapa ibérico de nacionalidades, entidades nacionales y fueros y garantiza una homogénea identidad política y un mismo programa electoral, así como una línea de actuación y un código ético común a todos sus militantes y cargos públicos.
Para el caso que nos ocupa el PSOE tiene una máxima inquebrantable: tolerancia cero con la corrupción urbanística. Esto afecta a todos los órganos y ámbitos del Partido, sin excepciones.
Sentada esta premisa, quiero salir al paso de las voces y cometarios que en distintos medios se han manifestado sobre el sentido del voto de nuestros concejales. Los miembros del Grupo Municipal Socialista del Ayuntamiento de Alpedrete, no están solos pese a que no haya Ejecutiva. Están con ellos la Comisión Gestora y la Comisión Ejecutiva Regional del PSM; harán su trabajo y votarán respetando la única postura que es admisible por la disciplina interna de nuestro Partido en este caso.
Recientemente la Comisión Gestora de la Agrupación ha trasladado al grupo de concejales la opinión de la Comisión Ejecutiva Regional del PSM y también instrucciones concretas para que éstos se opongan con sus votos a este Plan General y yo estoy convencido de que ellos, como cargos públicos responsables de nuestro Partido, responderán con la integridad esperada y deseable, como no podía ser de otra forma.
En cuanto a las reuniones para la negociación con el Equipo de Gobierno que se están produciendo entorno a la aprobación del PGOU, no me cabe la menor duda de que los concejales socialistas mantendrán la postura que les encomienda el Partido Socialista de Madrid, que no es otra que la de pedir que se retire este Plan General –por supuesto incluido el convenio de Los Llanos, salpicado a todas luces por la corrupción- y que se proponga la redacción de otro, que cuente con el máximo consenso de los distintos grupos políticos, y en el que se recojan las propuestas que nuestra Agrupación hizo en su momento.
Por último, quisiera también comentar algunas opiniones que he oído acerca de las pretensiones que el PSOE tiene en política urbanística en este municipio, ya que con el lío que se ha organizado, la confusión no permite ver con claridad el asunto.
Hasta donde yo sé esta Agrupación Socialista hizo pública en su momento, una propuesta alternativa al PGOU del Ayuntamiento que, hasta la fecha, es la posición oficial de este Partido, ya que fue sometida a la aprobación de todos los militantes y refrendada con sus votos por mayoría.
Aquella propuesta contemplaba la posibilidad –lo recuerdo muy bien, ya que me encontraba entre quienes la diseñaron junto con los concejales y otros compañeros- de construir en el sector de Los Llanos así como en el de Los Arcilleros.
Por tanto, quienes afirman que un sector de este partido aboga por el crecimiento cero del municipio y no quiere un PGOU o mienten o se equivocan.
Nosotros creemos que el pueblo debe crecer en función de las necesidades y demanda real de vivienda nueva. Y creemos que en ese crecimiento debe contemplarse la vivienda de protección oficial no como un reclamo atractivo para acelerar las ventas, sino como una premisa para garantizar el acceso a la vivienda de quienes más lo necesitan: jóvenes, personas con bajo poder adquisitivo, familias mono parentales, numerosas, etc.
Lo que se está haciendo en Los llanos, en primer lugar no son viviendas sociales. Es un chanchullo urbanístico en el que posiblemente hayan sido también estafadas terceras personas si se confirmara lo que todo el mundo parece saber: que se han vendido incluso antes de que el constructor sea el propietario del terreno; incluso antes de que se apruebe el PGOU que debe recalificar el solar y que se tramiten los permisos pertinentes. Esto es un delito y como tal esta penado por la ley. Espero que sean convenientemente advertidos de esto cuando pregunten en el Ayuntamiento cómo va lo suyo, como parece que preguntan a menudo.
En segundo lugar, las viviendas sociales o de protección son otorgadas mediante un concurso público o mediante la constitución de una cooperativa o cualquier otra fórmula que garantice el derecho de todos a su adquisición, con igualdad de oportunidades. Además son viviendas con las que no se puede especular, ya que no pueden venderse posteriormente a su compra, que es precisamente lo que irían a hacer muchos de esos supuestos compradores que ya hubieran pagado dinero por ellas y que en algún caso parece que han adquirido por lotes de varias unidades con ese fin.
El PSOE de Alpedrete propuso en su momento la construcción en Los Llanos, cierto. Pero no puede ahora permitir que se lleve a cabo el PGOU con su voto precisamente para evitar que la construcción de ese sector sirva para enriquecer a unos pocos y no para ofrecer una oportunidad real a las personas que necesitan una vivienda y para que éstas la puedan adquirir con totales garantías.
Quede por tanto claro: crecimiento del pueblo, si; pero con garantías y respondiendo a las demandas reales. Plan General de Ordenación Urbana, si; pero no el que propone el PP. Construcción en Los Llanos, si, pero sin pelotazo y sin chanchullo.
Hasta hace bien poco nada hacía suponer que la tramitación del Plan General de Ordenación Urbana de Alpedrete se vería afectada por las circunstancias que ahora lo han situado en vía muerta. Una mayoría absoluta del PP, tan sorda e insensible como nos tienen acostumbrados desde Génova y un elenco de constructores y especuladores frotándose las manos por detrás. Enfrente una oposición numéricamente incapaz de variar los oscuros designios urbanísticos que los ediles populares nos reservan. Lo de siempre.
Pero a veces el peso de la evidencia hace moverse lo que parecía imposible. Tomás Carrión Guillén, el concejal implicado en la presunta trama se ha inhibido, con buen criterio, de participar en todo lo que se refiere al Plan General. Dicha inhibición es en si misma un reconocimiento de culpabilidad de aquello de lo que se le acusa y también de que probablemente mintió en el momento en que tuvo que constatar por escrito la compatibilidad del desempeño de su cargo con la titularidad de sus bienes, estando éstos afectados, como se ha sabido, por el desarrollo del PGOU. A la inhibición del Sr. Carrión hay que sumar el hecho de que la Alcaldesa no dispone en esta cuestión del derecho de voto de calidad que ostenta en otras votaciones, llegando así a una situación no prevista probablemente por el equipo que dirige Mª Sol Casado, esto es, que el Grupo Municipal del PP se ha quedado en un incómodo empate y contra las cuerdas en un momento crítico del mandato.
Con la misma celeridad con la que Aznar aprendió en la intimidad a hablar catalán cuando necesitó de CiU, al perder la mayoría el PP de Alpedrete se ha lanzado a la carrera a lograr consensuar el PGOU con los grupos de la oposición -al menos con algunos, ya que el de Izquierda Unida parece haber sido descartado de las negociaciones- para salvar el proyecto estrella de este mandato, El PGOU.
El hecho de que en estos momentos haya una Comisión Gestora en el PSOE de Alpedrete y no exista una dirección política local, tras la moción de censura presentada contra el anterior Secretario General, Juan Aragoneses y su consiguiente dimisión, ha desdibujado ciertamente el papel que cabía esperar del partido mayoritario de la oposición en un momento en que quienes se oponen al PP y a sus planes de alicatado del solar alpedreteño, ven la necesidad de dar el todo por el todo en la tensa batalla que se libra contra la corrupción.
Es por esto que muchos han querido ver debilidades entorno al Grupo Municipal Socialista o a sus concejales, en el sentido del voto que éstos emitirían llegado el momento de la venidera votación sobre el Plan General. Si a esto se añade la adicción insana que algunos concejales tienen a dar salida a sus frustraciones, instintos coartados en su fin y neurosis varias, bajo nombres figurados en los foros de Internet, obtenemos un panorama engañoso y turbio, que conviene despejar para bien de todos y prevalencia de la verdad.
El Partido Socialista Obrero Español es una organización federal descentralizada, donde existen direcciones propias de cada ámbito territorial o sectorial, que cuentan con capacidad orgánica para actuar y diseñar la política a seguir, siempre en concordancia con las resoluciones y Estatutos Federales y Regionales emanados de cada Congreso.
Con esta estructura de funcionamiento, nuestro Partido ha sabido adecuarse a las distintas realidades territoriales de este complicado mapa ibérico de nacionalidades, entidades nacionales y fueros y garantiza una homogénea identidad política y un mismo programa electoral, así como una línea de actuación y un código ético común a todos sus militantes y cargos públicos.
Para el caso que nos ocupa el PSOE tiene una máxima inquebrantable: tolerancia cero con la corrupción urbanística. Esto afecta a todos los órganos y ámbitos del Partido, sin excepciones.
Sentada esta premisa, quiero salir al paso de las voces y cometarios que en distintos medios se han manifestado sobre el sentido del voto de nuestros concejales. Los miembros del Grupo Municipal Socialista del Ayuntamiento de Alpedrete, no están solos pese a que no haya Ejecutiva. Están con ellos la Comisión Gestora y la Comisión Ejecutiva Regional del PSM; harán su trabajo y votarán respetando la única postura que es admisible por la disciplina interna de nuestro Partido en este caso.
Recientemente la Comisión Gestora de la Agrupación ha trasladado al grupo de concejales la opinión de la Comisión Ejecutiva Regional del PSM y también instrucciones concretas para que éstos se opongan con sus votos a este Plan General y yo estoy convencido de que ellos, como cargos públicos responsables de nuestro Partido, responderán con la integridad esperada y deseable, como no podía ser de otra forma.
En cuanto a las reuniones para la negociación con el Equipo de Gobierno que se están produciendo entorno a la aprobación del PGOU, no me cabe la menor duda de que los concejales socialistas mantendrán la postura que les encomienda el Partido Socialista de Madrid, que no es otra que la de pedir que se retire este Plan General –por supuesto incluido el convenio de Los Llanos, salpicado a todas luces por la corrupción- y que se proponga la redacción de otro, que cuente con el máximo consenso de los distintos grupos políticos, y en el que se recojan las propuestas que nuestra Agrupación hizo en su momento.
Por último, quisiera también comentar algunas opiniones que he oído acerca de las pretensiones que el PSOE tiene en política urbanística en este municipio, ya que con el lío que se ha organizado, la confusión no permite ver con claridad el asunto.
Hasta donde yo sé esta Agrupación Socialista hizo pública en su momento, una propuesta alternativa al PGOU del Ayuntamiento que, hasta la fecha, es la posición oficial de este Partido, ya que fue sometida a la aprobación de todos los militantes y refrendada con sus votos por mayoría.
Aquella propuesta contemplaba la posibilidad –lo recuerdo muy bien, ya que me encontraba entre quienes la diseñaron junto con los concejales y otros compañeros- de construir en el sector de Los Llanos así como en el de Los Arcilleros.
Por tanto, quienes afirman que un sector de este partido aboga por el crecimiento cero del municipio y no quiere un PGOU o mienten o se equivocan.
Nosotros creemos que el pueblo debe crecer en función de las necesidades y demanda real de vivienda nueva. Y creemos que en ese crecimiento debe contemplarse la vivienda de protección oficial no como un reclamo atractivo para acelerar las ventas, sino como una premisa para garantizar el acceso a la vivienda de quienes más lo necesitan: jóvenes, personas con bajo poder adquisitivo, familias mono parentales, numerosas, etc.
Lo que se está haciendo en Los llanos, en primer lugar no son viviendas sociales. Es un chanchullo urbanístico en el que posiblemente hayan sido también estafadas terceras personas si se confirmara lo que todo el mundo parece saber: que se han vendido incluso antes de que el constructor sea el propietario del terreno; incluso antes de que se apruebe el PGOU que debe recalificar el solar y que se tramiten los permisos pertinentes. Esto es un delito y como tal esta penado por la ley. Espero que sean convenientemente advertidos de esto cuando pregunten en el Ayuntamiento cómo va lo suyo, como parece que preguntan a menudo.
En segundo lugar, las viviendas sociales o de protección son otorgadas mediante un concurso público o mediante la constitución de una cooperativa o cualquier otra fórmula que garantice el derecho de todos a su adquisición, con igualdad de oportunidades. Además son viviendas con las que no se puede especular, ya que no pueden venderse posteriormente a su compra, que es precisamente lo que irían a hacer muchos de esos supuestos compradores que ya hubieran pagado dinero por ellas y que en algún caso parece que han adquirido por lotes de varias unidades con ese fin.
El PSOE de Alpedrete propuso en su momento la construcción en Los Llanos, cierto. Pero no puede ahora permitir que se lleve a cabo el PGOU con su voto precisamente para evitar que la construcción de ese sector sirva para enriquecer a unos pocos y no para ofrecer una oportunidad real a las personas que necesitan una vivienda y para que éstas la puedan adquirir con totales garantías.
Quede por tanto claro: crecimiento del pueblo, si; pero con garantías y respondiendo a las demandas reales. Plan General de Ordenación Urbana, si; pero no el que propone el PP. Construcción en Los Llanos, si, pero sin pelotazo y sin chanchullo.
miércoles, 3 de marzo de 2010
viernes, 19 de febrero de 2010
EL FANTASMA DEL TRANSFUGUISMO
Todo lo acontecido en los últimos días entorno al Plan General de Ordenación Urbana de Alpedrete y al Concejal de Urbanismo de la localidad, Tomás Carrión Guillén, con el pronunciamiento de los dos partidos de izquierda con escritos a la Fiscalía Anticorrupción, junto con la organización Alpedrete Sostenible, han transformado por completo la situación urbanística y política de este municipio.
Hasta hace unos días se daba por aprobado el PGOU en medio de una especie de resignación inconformista de la mayoría de los vecinos y la prepotencia de quienes tienen por costumbre pasar por encima de lo que sea con la apisonadora de la mayoría absoluta.
Ahora parece que todo es más incierto y el anuncio reciente de que Tomás Carrión no votará en todo lo referente al PGOU abre un nuevo panorama en el que todo es posible. La decisión honra a quien la haya tomado, pues en democracia hay que actuar con rectitud y honradez. Por otra parte no exculpa de la falta que implícitamente se reconoce al tomarla y la deja muy patente, al silenciarse las voces que anunciaban airadas querellas y otra suerte de nefastas consecuencias a quienes denunciaron los hechos.
Se podría pensar con facilidad que la batalla está ganada y que la oposición y los vecinos a quienes ésta representa, van a tener la oportunidad de parar el tan denostado PGOU al perder la mayoría absoluta el PP, si finalmente Carrión no vota; pero al llegar a esta conclusión con tanta alegría, podría incurrirse torpemente en una peligrosa ingenuidad.
A mi me llama poderosamente la atención el cambio de actitud que observo en el equipo de gobierno respecto del voto del Concejal de Urbanismo. Además conociendo como conocemos todos los poderosos intereses e individuos que hay detrás del PGOU, a los que no creo suficientemente asustados como para tirar la toalla y renunciar a todo, incluidas las cantidades de dinero que se hayan podido adelantar ¿no será que hay otra mayoría posible en el pleno del Ayuntamiento?
A día de hoy nadie puede asegurarlo, pero es una posibilidad.
Sería una gran pérdida para la democracia y un gran menoscabo al sistema además de un desprestigio para la política y quienes la practican, permitirse a sí mismos esa amoralidad indeseable al dejarse comprar por lo más ponzoñoso de nuestra sociedad.
Creo que más que nunca es necesario hacer un llamamiento a todos los partidos a la limpieza, a la transparencia y a la legalidad. Es más necesario que nunca que todos nos mantengamos unidos y firmes ante la amenaza de los caciques y del clientelismo que propagan con dádivas, favores, dividendos y otras clases de sobornos.
Tenemos un oportunidad única de parar este desatino que significa el PGOU. También es una oportunidad de oro para marcar un punto de inflexión en la historia de este pueblo entre el viejo Alpedrete, casi feudal donde el caciquismo lo controla todo, incluida por supuesto la política y el nuevo Alpedrete, ese pueblo que muchos deseamos donde la política sea el vehículo que nos conduzca al progreso y al bienestar y no el medio para que se enriquezcan los de siempre.
Hagamos pues política. Y ojalá que en el futuro todos podamos sentirnos orgullosos de todas y cada una de las personas que hoy componen los grupos municipales de la oposición.
Yo tengo mis dudas de que esto vaya a ser así. Pero hoy más que nunca, espero estar equivocado.
Hasta hace unos días se daba por aprobado el PGOU en medio de una especie de resignación inconformista de la mayoría de los vecinos y la prepotencia de quienes tienen por costumbre pasar por encima de lo que sea con la apisonadora de la mayoría absoluta.
Ahora parece que todo es más incierto y el anuncio reciente de que Tomás Carrión no votará en todo lo referente al PGOU abre un nuevo panorama en el que todo es posible. La decisión honra a quien la haya tomado, pues en democracia hay que actuar con rectitud y honradez. Por otra parte no exculpa de la falta que implícitamente se reconoce al tomarla y la deja muy patente, al silenciarse las voces que anunciaban airadas querellas y otra suerte de nefastas consecuencias a quienes denunciaron los hechos.
Se podría pensar con facilidad que la batalla está ganada y que la oposición y los vecinos a quienes ésta representa, van a tener la oportunidad de parar el tan denostado PGOU al perder la mayoría absoluta el PP, si finalmente Carrión no vota; pero al llegar a esta conclusión con tanta alegría, podría incurrirse torpemente en una peligrosa ingenuidad.
A mi me llama poderosamente la atención el cambio de actitud que observo en el equipo de gobierno respecto del voto del Concejal de Urbanismo. Además conociendo como conocemos todos los poderosos intereses e individuos que hay detrás del PGOU, a los que no creo suficientemente asustados como para tirar la toalla y renunciar a todo, incluidas las cantidades de dinero que se hayan podido adelantar ¿no será que hay otra mayoría posible en el pleno del Ayuntamiento?
A día de hoy nadie puede asegurarlo, pero es una posibilidad.
Sería una gran pérdida para la democracia y un gran menoscabo al sistema además de un desprestigio para la política y quienes la practican, permitirse a sí mismos esa amoralidad indeseable al dejarse comprar por lo más ponzoñoso de nuestra sociedad.
Creo que más que nunca es necesario hacer un llamamiento a todos los partidos a la limpieza, a la transparencia y a la legalidad. Es más necesario que nunca que todos nos mantengamos unidos y firmes ante la amenaza de los caciques y del clientelismo que propagan con dádivas, favores, dividendos y otras clases de sobornos.
Tenemos un oportunidad única de parar este desatino que significa el PGOU. También es una oportunidad de oro para marcar un punto de inflexión en la historia de este pueblo entre el viejo Alpedrete, casi feudal donde el caciquismo lo controla todo, incluida por supuesto la política y el nuevo Alpedrete, ese pueblo que muchos deseamos donde la política sea el vehículo que nos conduzca al progreso y al bienestar y no el medio para que se enriquezcan los de siempre.
Hagamos pues política. Y ojalá que en el futuro todos podamos sentirnos orgullosos de todas y cada una de las personas que hoy componen los grupos municipales de la oposición.
Yo tengo mis dudas de que esto vaya a ser así. Pero hoy más que nunca, espero estar equivocado.
viernes, 12 de febrero de 2010
LOS CHANCHULLOS URBANÍSTICOS DEL PP DE ALPEDRETE
Tras el Plan General de Ordenación Urbana que el Ayuntamiento de Alpedrete parece tener mucha prisa en aprobar, se esconden intereses distintos del interés general de todos los vecinos del municipio.
Esto, que siempre se ha sospechado, ha quedado ahora de manifiesto tras el descubrimiento por parte de concejales de Izquierda Unida de Alpedrete de la documentación que prueba el interés personal del Concejal de Urbanismo, Tomás Carrión, en la aprobación de dicho Plan.
La documentación acreditativa de todo esto, que cualquiera puede consultar en el Ayuntamiento de Alpedrete con solo pedirlo en el Registro, dado su carácter público, es clara: el citado concejal y algunos familiares, propietarios de parte de los terrenos que se pretenden recalificar en el “Paraje de los Llanos” firman una opción de compra al conocido constructor Lisardo Cortés sobre esos terrenos y reciben ya en el año 2005 (año en que se firma dicho contrato de opción de compra) sendos talones nominativos que en su conjunto suman aproximadamente la nada despreciable cifra de un millón doscientos mil euros.
Se habla mucho estos días del asunto y se discute sobre si existe información privilegiada y por tanto indicio de delito en la persona de Tomás Carrión, ya que el contrato mencionado se firma algunos meses antes de que el Plan General de Ordenación Urbana se diera a conocer en un pleno del Ayuntamiento.
Se trate o no de información privilegiada, pueda o no establecerse la comisión de un delito, de lo que no cabe duda es de que quien hoy es Concejal de Urbanismo tiene intereses personales directos en la aprobación de este PGOU y por tanto, a mi juicio, debería dejar el gobierno municipal y desde luego inhibirse en sus funciones de concejal a la hora de votar el PGOU, por esos intereses personales.
También queda de manifiesto que la política urbanística que nos impone en este municipio la mayoría absoluta del PP, no la dictan la necesidad de atender a las demandas reales de vivienda, la correcta ordenación del territorio, criterios medioambientales o de sostenibilidad del crecimiento, ni tan siquiera el sentido común. La política urbanística del municipio, parecen dictarla quienes se lucran directamente con ella, sean políticos o constructores y nos mete de lleno, como pueblo, en la triste y vergonzosa lista de municipios en donde el afán de lucro y la avaricia afloran para descrédito de la política y menosprecio del Estado de Derecho.
Como socialista y como individuo no puedo permanecer impasible ante tales acontecimientos del municipio y me gustaría hacer algunas consideraciones que creo de suma importancia.
En primer lugar, creo firmemente que los políticos deben de ser como quiso César que fuera su hasta entonces amada Calpurnia, esto es, deben ser honestos y también parecerlo y creo que no yerro al afirmar que el Equipo de Gobierno del Partido Popular en Alpedrete y en concreto alguno de sus concejales no cumple, al menos, este último requisito, el de parecerlo.
En segundo lugar, creo que en este momento es más palpable que nunca que el lobby de la construcción sigue marcando los destinos de los vecinos de este pueblo, que ven amenazado el futuro sostenible del municipio en forma de destrucción de espacios naturales, desequilibrios territoriales y urbanismo desaforado con falsas promesas de viviendas sociales que no lo son.
Hasta donde yo sé una vivienda de carácter social o protegido es aquella que sale a un precio asequible para los bolsillos mas desfavorecidos y por medio de uno de los varios sistemas que hay para garantizar la igualdad de todos los aspirantes a adjudicársela.
¿Se cumple esta circunstancia en el sector de Los Llanos del que hablamos? Creo que no, ya que no conozco ningún proyecto de concurso, cooperativa o cualquier otra modalidad que garantice el destino final de esas supuestas viviendas sociales en régimen de igualdad.
Y lo que es peor es que se rumorea que la práctica totalidad de las viviendas que allí se planean construir ya han sido vendidas antes incluso de haberse aprobado el PGOU que debe recalificar los terrenos; incluso antes de que esos terrenos en cuestión sean propiedad del constructor y se gestionen los permisos y trámites pertinentes. Si esto fuera verdad, no solo sería constitutivo de un flagrante delito, sino que dejaría muy claro que las viviendas de sociales, nada, por muy baratas que sean, ya que se habrían vendido solo para algunos privilegiados conocedores de tan subrepticios planes sin las garantías de igualdad de acceso por parte de todos que una vivienda social debe tener, como ya he dicho.
Me pregunto si, de ser cierto este rumor, las personas que hubieran comprado ya estarían al tanto de que han participado de un delito. Supongo que no, por que de saberlo, estoy seguro de que no lo hubieran hecho. O por lo menos algunos, ya que he oído que cierto adinerado vecino de Collado Villalba se ha comprado diez de esas supuestas viviendas sociales de “Los Llanos” y no creo que en este caso se trate de un joven que inicia su proyecto vital y busca su primera residencia. Más bien parece pura especulación e insisto, un delito que de confirmarse, no debería quedar impune. Por ahora solo son conjeturas, el tiempo lo dirá.
Lo que no son conjeturas y está documentado es que los terrenos conocidos como “Cercas Norte” o “Cercas de Ávila”, cuya recalificación sin sectorizar está prevista en el PGOU, pertenecen ahora al mismo constructor con el que firman Tomás Carrión y sus parientes la opción de compra en “Los Llanos”. Unos terrenos rústicos, cuyo valor catastral supera a duras penas los 4000 euros, los compraron en el año 2004 el Sr. Cortés y una empresa extinguida en 2007, por casi 1.000.000 de euros; es fácil adivinar por qué. Esto es un ejemplo de manual de lo que se llama especulación y evidencia quien impone realmente qué terrenos del municipio han de recalificarse y con qué fin.
Creo que es el momento de decir basta. Me parece que se esta llegando más allá de lo que los vecinos de este municipio deben permitir, ya que la gestión demencial de este Equipo de Gobierno, está entregando el futuro de nuestro municipio a la especulación y la avaricia y ha convertido la política municipal en un negocio para un pequeño círculo autocrático en el que se deciden cosas que no deberían estar en manos de poderes tan sucios y tan oscuros.
Creo que es el momento en que todos debemos unir nuestras voces y decir basta. Yo pido públicamente que dimita la Alcaldesa y que el Plan General de Ordenación Urbana de Alpedrete se paralice y se revise con tiempo y con criterios de equilibrio territorial, sostenibilidad y preservación de los recursos naturales. Que se proyecte la construcción de las viviendas que realmente se correspondan con la demanda, que sean verdaderas viviendas sociales y que se garantice la igualdad de todos los vecinos a su adquisición mediante concurso público, que es como se hacen estas cosas.
Este municipio necesita un cambio y no estoy hablando solo de caras o de discursos. Hay que cambiar la filosofía de gobierno, hay que entregarse desde las instituciones públicas al interés general de los vecinos y no a lucrarse a costa de éstos. Hay que establecer mecanismos de participación vecinal en la política y hay que transformar el modelo económico y productivo. Hay que reconvertir los excedentes laborales víctimas del pinchazo de la burbuja inmobiliaria –y no volver a inflarla- mediante la formación y generar empleo verde y puestos de trabajo alternativos en sectores que busquen la aplicación de los criterios I+D+i. Es necesario definir unos objetivos acorde a la Agenda 21 y a la Carta de las Ciudades Educadoras.
En definitiva, es urgente un cambio político. Dejar atrás todo lo que está caduco en todas las familias políticas del municipio e iniciar una nueva andadura democrática con transparencia y rigor, con honradez y también con valentía.
Ha llegado el momento. Queda un año para las elecciones y los vecinos de Alpedrete tienen que saber qué clase de políticos les han gobernado y elegir en conciencia lo mejor para administrar lo público. Y lo que hay está a todas luces manchado por la corrupción.
Esto, que siempre se ha sospechado, ha quedado ahora de manifiesto tras el descubrimiento por parte de concejales de Izquierda Unida de Alpedrete de la documentación que prueba el interés personal del Concejal de Urbanismo, Tomás Carrión, en la aprobación de dicho Plan.
La documentación acreditativa de todo esto, que cualquiera puede consultar en el Ayuntamiento de Alpedrete con solo pedirlo en el Registro, dado su carácter público, es clara: el citado concejal y algunos familiares, propietarios de parte de los terrenos que se pretenden recalificar en el “Paraje de los Llanos” firman una opción de compra al conocido constructor Lisardo Cortés sobre esos terrenos y reciben ya en el año 2005 (año en que se firma dicho contrato de opción de compra) sendos talones nominativos que en su conjunto suman aproximadamente la nada despreciable cifra de un millón doscientos mil euros.
Se habla mucho estos días del asunto y se discute sobre si existe información privilegiada y por tanto indicio de delito en la persona de Tomás Carrión, ya que el contrato mencionado se firma algunos meses antes de que el Plan General de Ordenación Urbana se diera a conocer en un pleno del Ayuntamiento.
Se trate o no de información privilegiada, pueda o no establecerse la comisión de un delito, de lo que no cabe duda es de que quien hoy es Concejal de Urbanismo tiene intereses personales directos en la aprobación de este PGOU y por tanto, a mi juicio, debería dejar el gobierno municipal y desde luego inhibirse en sus funciones de concejal a la hora de votar el PGOU, por esos intereses personales.
También queda de manifiesto que la política urbanística que nos impone en este municipio la mayoría absoluta del PP, no la dictan la necesidad de atender a las demandas reales de vivienda, la correcta ordenación del territorio, criterios medioambientales o de sostenibilidad del crecimiento, ni tan siquiera el sentido común. La política urbanística del municipio, parecen dictarla quienes se lucran directamente con ella, sean políticos o constructores y nos mete de lleno, como pueblo, en la triste y vergonzosa lista de municipios en donde el afán de lucro y la avaricia afloran para descrédito de la política y menosprecio del Estado de Derecho.
Como socialista y como individuo no puedo permanecer impasible ante tales acontecimientos del municipio y me gustaría hacer algunas consideraciones que creo de suma importancia.
En primer lugar, creo firmemente que los políticos deben de ser como quiso César que fuera su hasta entonces amada Calpurnia, esto es, deben ser honestos y también parecerlo y creo que no yerro al afirmar que el Equipo de Gobierno del Partido Popular en Alpedrete y en concreto alguno de sus concejales no cumple, al menos, este último requisito, el de parecerlo.
En segundo lugar, creo que en este momento es más palpable que nunca que el lobby de la construcción sigue marcando los destinos de los vecinos de este pueblo, que ven amenazado el futuro sostenible del municipio en forma de destrucción de espacios naturales, desequilibrios territoriales y urbanismo desaforado con falsas promesas de viviendas sociales que no lo son.
Hasta donde yo sé una vivienda de carácter social o protegido es aquella que sale a un precio asequible para los bolsillos mas desfavorecidos y por medio de uno de los varios sistemas que hay para garantizar la igualdad de todos los aspirantes a adjudicársela.
¿Se cumple esta circunstancia en el sector de Los Llanos del que hablamos? Creo que no, ya que no conozco ningún proyecto de concurso, cooperativa o cualquier otra modalidad que garantice el destino final de esas supuestas viviendas sociales en régimen de igualdad.
Y lo que es peor es que se rumorea que la práctica totalidad de las viviendas que allí se planean construir ya han sido vendidas antes incluso de haberse aprobado el PGOU que debe recalificar los terrenos; incluso antes de que esos terrenos en cuestión sean propiedad del constructor y se gestionen los permisos y trámites pertinentes. Si esto fuera verdad, no solo sería constitutivo de un flagrante delito, sino que dejaría muy claro que las viviendas de sociales, nada, por muy baratas que sean, ya que se habrían vendido solo para algunos privilegiados conocedores de tan subrepticios planes sin las garantías de igualdad de acceso por parte de todos que una vivienda social debe tener, como ya he dicho.
Me pregunto si, de ser cierto este rumor, las personas que hubieran comprado ya estarían al tanto de que han participado de un delito. Supongo que no, por que de saberlo, estoy seguro de que no lo hubieran hecho. O por lo menos algunos, ya que he oído que cierto adinerado vecino de Collado Villalba se ha comprado diez de esas supuestas viviendas sociales de “Los Llanos” y no creo que en este caso se trate de un joven que inicia su proyecto vital y busca su primera residencia. Más bien parece pura especulación e insisto, un delito que de confirmarse, no debería quedar impune. Por ahora solo son conjeturas, el tiempo lo dirá.
Lo que no son conjeturas y está documentado es que los terrenos conocidos como “Cercas Norte” o “Cercas de Ávila”, cuya recalificación sin sectorizar está prevista en el PGOU, pertenecen ahora al mismo constructor con el que firman Tomás Carrión y sus parientes la opción de compra en “Los Llanos”. Unos terrenos rústicos, cuyo valor catastral supera a duras penas los 4000 euros, los compraron en el año 2004 el Sr. Cortés y una empresa extinguida en 2007, por casi 1.000.000 de euros; es fácil adivinar por qué. Esto es un ejemplo de manual de lo que se llama especulación y evidencia quien impone realmente qué terrenos del municipio han de recalificarse y con qué fin.
Creo que es el momento de decir basta. Me parece que se esta llegando más allá de lo que los vecinos de este municipio deben permitir, ya que la gestión demencial de este Equipo de Gobierno, está entregando el futuro de nuestro municipio a la especulación y la avaricia y ha convertido la política municipal en un negocio para un pequeño círculo autocrático en el que se deciden cosas que no deberían estar en manos de poderes tan sucios y tan oscuros.
Creo que es el momento en que todos debemos unir nuestras voces y decir basta. Yo pido públicamente que dimita la Alcaldesa y que el Plan General de Ordenación Urbana de Alpedrete se paralice y se revise con tiempo y con criterios de equilibrio territorial, sostenibilidad y preservación de los recursos naturales. Que se proyecte la construcción de las viviendas que realmente se correspondan con la demanda, que sean verdaderas viviendas sociales y que se garantice la igualdad de todos los vecinos a su adquisición mediante concurso público, que es como se hacen estas cosas.
Este municipio necesita un cambio y no estoy hablando solo de caras o de discursos. Hay que cambiar la filosofía de gobierno, hay que entregarse desde las instituciones públicas al interés general de los vecinos y no a lucrarse a costa de éstos. Hay que establecer mecanismos de participación vecinal en la política y hay que transformar el modelo económico y productivo. Hay que reconvertir los excedentes laborales víctimas del pinchazo de la burbuja inmobiliaria –y no volver a inflarla- mediante la formación y generar empleo verde y puestos de trabajo alternativos en sectores que busquen la aplicación de los criterios I+D+i. Es necesario definir unos objetivos acorde a la Agenda 21 y a la Carta de las Ciudades Educadoras.
En definitiva, es urgente un cambio político. Dejar atrás todo lo que está caduco en todas las familias políticas del municipio e iniciar una nueva andadura democrática con transparencia y rigor, con honradez y también con valentía.
Ha llegado el momento. Queda un año para las elecciones y los vecinos de Alpedrete tienen que saber qué clase de políticos les han gobernado y elegir en conciencia lo mejor para administrar lo público. Y lo que hay está a todas luces manchado por la corrupción.
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